Los resultados de las elecciones de este domingo en Castilla y León no son solo un ensayo de las generales y de las autonómicas que se celebran el próximo año; también sirven de prueba para lo que suceda en las locales de mayo de 2023, sobre todo los números que se saquen en las principales ciudades. Seis de las nueve capitales tienen una distribución de concejales por partidos políticos parecida a la de Cáceres. Las excepciones son Ávila (por el aplastante triunfo de una formación local), Zamora (por la goleada de IU) y Soria (por la mayoría absoluta del PSOE). En el resto, el resultado de las pasadas elecciones municipales, las de 2019, dejó un escenario muy parecido al de Cáceres: con el PSOE y el PP separados por un número reducido de ediles y con la necesidad de pactos con otras formaciones para poder gobernar.

Los resultados de este domingo en esas capitales tienen que dar respuesta a varias interrogantes, contestaciones que también pueden extrapolarse a lo que pueda ocurrir en Cáceres dentro de un año y tres meses, aunque siempre con las diferencias que tiene cada territorio. La primera es hasta dónde caerá Ciudadanos y dónde van los votos que pierda. Cs obtuvo cinco concejales en las pasadas elecciones en Cáceres, ediles que pudieron ser decisivos para que gobernase el PSOE o el PP, al final lo fueron por inacción, dejando la alcaldía a los socialistas.

La segunda es el resultado de Podemos y de IU, en varias de las capitales de provincia castellanoleonesas no fueron en 2019 juntos. En la candidatura a las autonómicas están dentro de las mismas siglas, lo mismo que hicieron en las elecciones locales de Cáceres en 2019. En este caso la cita de mañana sirve para comprobar si baja o sube y cuál puede ser su papel de cara a posibles pactos que pongan al PSOE al frente de una alcaldía. La tercera es la irrupción de Vox; en Cáceres logró un concejal en 2019, que solo unos meses después lo perdió al salir el edil de la formación; si supera ese número, en 2019 puede ser uno de los jueces para darle la alcaldía al PP. Y la cuarta es cómo quedan los partidos localistas o provinciales, que en varias de las capitales castellanoleonesas cuentan con uno o más representantes. Todo apunta a que subirán y a que pueden convertirse en llave para dar gobernabilidad. En Cáceres hay dos formaciones de este tipo que acudirán a las elecciones de 2019: Cáceres Viva y Cacereños por Cáceres.

Para las municipales cacereñas de 2023 ya se conocen los candidatos que presentarán el PSOE y el PP. En el primero repite el alcalde, Luis Salaya, mientras que en el segundo el cabeza de lista será Rafael Mateos. Faltan por conocerse quiénes liderarán las otras listas, que serán las que, con los pactos postelectorales, van a acabar decidiendo quién gobierna.

Hay que confirmar si Raquel Preciados (Cs) y Consuelo López (Podemos) repiten, quién será el cabeza de lista de Vox y quiénes los líderes de los dos partidos locales, Francisco Alcántara podría serlo de Cáceres Viva. Estos nombres son decisivos porque en Cáceres la alcaldía se decidirá después de las elecciones, pasó en 2015 y 2019, y antes en dos ocasiones se decidió por partidos locales y regionalistas, pasó en 1991 y en 2007. Las mayorías absolutas son cosa del pasado y lo decisivo no es ya solo el día de las elecciones, sino las tres semanas siguientes de negociación.