Una campaña ciudadana contra los ruidos. La reacción no se ha hecho esperar. Después de que la portavoz de Ciudadanos, Raquel Preciados, mantuviera una reunión con la junta directiva de La Madrila, el gobierno municipal ha tomado la delantera y ha anunciado una batería de medidas para acabar con los efectos de la denuncia vecinal.

Y todo ello en un encuentro con el colectivo que preside Francisco de Borja Gutiérrez y al que acudió la concejala de Seguridad Ciudadana, María José Pulido, el de Patrimonio, José Ramón Bello, y el de Participación Ciudadana, David Santos, amén del jefe de la policía local.

Pulido contó que la directiva les presentó un documento que han confeccionado después de mantener entrevistas con los vecinos. En él aparecían todas las demandas que quieren que les resuelvan. Algunas de ellas, dijo la concejala, «no son competencia del ayuntamiento», como el arreglo de fachadas, de bajos o jardines privados de las comunidades de vecinos.

«Son actuaciones correctoras en lo que hace referencia a la salubridad, a la estética, pero eso les corresponde a ellos porque no son espacios públicos», reiteró la edil. La postura municipal se enmarca dentro de lo que dicta a primera vista la ley, si bien es cierto que los residentes hablan, en muchos casos, del estado en que quedan esas fachadas y esas zonas verdes (privadas, sí) tras una noche de farra (meados, vómitos, preservativos, botellas, vasos y un largo relicario de cuentas que conforman el rosario con el que desde la década de los 60 -cuando se urbanizó la zona- lleva arrastrando el vecindario).

«Conyser y el contrato de limpieza viaria se encarga de todas las calles y accesos del barrio, pero los públicos», reiteró la concejala.

En el encuentro, y aclarada la postura municipal, surgieron otros temas, aunque el ruido fue el principal. La visión de Pulido es que allí se concluyó «claramente» que la situación que atraviesa hoy La Madrila «no es la misma de los 80 y 90». Resulta tan obvio como obvio resulta que los problemas no se han terminado.

Eso sí, «se habló -dijo Pulido- de la buena disposición que muestran los hosteleros de la zona, que han hecho obras para impedir que el ruido sale a la calle». Sin embargo, las consecuencias continúan, puesto que «los vecinos lamentan el ruido que hace la gente cuando sale de un bar a otro, vienen de la plaza a La Madrila o del ferial. O cuando salen a fumar». Son acciones que competen a la responsabilidad personal y a los empresarios les resulta difícil controlarlos.

En el encuentro también se habló de «un local que tiene horarios un tanto extraños», desveló la concejala.

¿Y qué medidas adoptará el consistorio? «Asumimos la preocupación por el ruido y es una cuestión de salubridad y por ello queremos combatirlos», se mostró taxativa María José Pulido. «Por parte de la policía y por la mía propia hubo una demostración de colaboración total», reiteró. En este sentido habló de seguir con lo controles de los accesos y los de alcoholemia y de mantener la presencia policial.

Les afecta a la salud

Y es que hablar de La Madrila pasa, indefectiblemente, por hablar de los ruidos. De hecho, en la visita que la portavoz de Ciudadanos giro al barrio, los vecinos develaron que «les preocupa enormemente los altercados violentos recurrentes y el ruido nocturno, que están influyendo de forma muy negativa en su salud».

En este sentido, indicaron que en los últimos meses, pasadas las medidas establecidas por la pandemia, vienen notando un crecimiento del ruido y altercados, que se concentran en la Plaza de Albatros y aledaños. Los ruidos se agudizan a partir de cada jueves hasta cada domingo, de las tres de la mañana y que permanecen hasta las once de la mañana o doce del mediodía, incluso; «y con altercados con voces y peleas entre la población joven que se concentra en la zona. En muchas ocasiones los residentes llaman a la Policía Local, y sobre todo en la zona del parque infantil hay una gran concentración de jóvenes que en muchas ocasiones entran en conflicto, con lo que ello supone».

El pasado mes de abril, el ayuntamiento ya activó un plan policial principalmente en los turnos de noche de jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos. En esos días al comienzo del servicio del turno de noche se señalizó y cortó el tráfico rodado al inicio de la calle Santa Teresa de Jesús, permitiéndose el paso solamente a los vecinos o industriales de la zona y a servicios públicos. En dicho punto o sus inmediaciones, se mantuvo presencia policial para evitar la circulación de vehículos así como actividades prohibidas en las vías públicas relacionadas con consumo de alcohol, ruidos, alteración del orden, etcétera.

Además, los jefes de servicio, como se viene haciendo habitualmente, contactaban con el responsable de turno del Cuerpo Nacional de Policía y coordinaron las acciones conjuntas que se realicen. Se realizaron controles de documentación, alcohol y sustancias prohibidas en las inmediaciones de la plaza de Albatros y se incidió en el cumplimiento de los horarios de cierre de los establecimientos, así como en cualquier otra infracción detectada relacionada con dichos locales.

La Madrila arrastra condenas por ruidos a políticos y hosteleros, ya cumplidas