Extremadura New Energies (Ene) ha registrado este miércoles en la Junta un avance o proyecto inicial de su mina subterránea para la extracción de litio en Valdeflores. No tiene una incidencia real en la obtención o no de los futuros permisos necesarios para explotar el yacimiento. Pero es el paso más destacado que da la empresa antes de que la administración autonómica decida sobre la concesión de las autorizaciones mineras.

Lo que se persigue con este movimiento de la empresa es un doble objetivo. Por un lado que la administración ya tenga un primer documento para plantear las objeciones ambientales y las correcciones que se necesiten y despejar dudas que haya en la ciudadanía sobre la iniciativa. El documento íntegro que se ha registrado en la Junta está en la web de Extremadura New Energies para su consulta por parte de todos los interesados.

El avance o proyecto inicial se presenta para que el órgano ambiental autonómico elabore el documento de alcance del estudio de impacto ambiental que tendrá que presentar la empresa una vez que obtenga los primeros permisos de la Junta (por ahora no tiene ninguno importante). Con este paso se entra en la cuestión clave de este embrollo: la viabilidad ambiental de la mina, que es la condición más importante para decidir o no su ejecución.

La Junta tiene ahora tres meses para redactar este estudio de alcance. Para su elaboración tendrá que consultar a las administraciones afectadas, la primera es el ayuntamiento, y a personas interesadas, en principio debería contar también con las asociaciones conservacionistas, que tendrían quince días hábiles para pronunciarse desde la recepción de la documentación.

Una de las principales novedades de este avance o proyecto inicial es que ya define las tres localizaciones para ubicar la planta que transformará el mineral en hidróxido de litio y la entrada a la mina subterránea. Junto a la planta industrial, que ocupará una superficie de 10 hectáreas, también habrá un depósito de estériles y una balsa de regulación y recogida de agua. Este aspecto del proyecto es muy importante porque el principal impacto viene de esa intervención en el exterior.

La localización más cercana, entre la carretera de Miajadas y la pendiente del valle de Valdeflores, estará a 1,2 kilómetros "del límite exterior del casco urbano", explicó Ramón Jiménez, gerente de la empresa. Las otras dos, una al sur del valle y otra en las inmediaciones de la carretera de Trujillo, estarán a "unos dos kilómetros".

La empresa da este paso una vez que "nuestros servicios jurídicos nos han confirmado" que no va a afectar a la futura tramitación administrativa del proyecto para conseguir el fin último que es la concesión de explotación del yacimiento, detalló Jiménez. La presentación de este proyecto inicial o avance es una posibilidad que permite la legislación ambiental, explicó David Valls, directivo de la empresa, que participó este miércoles junto con Jiménez en la comparecencia para informar de la presentación del documento en Mérida.

Jiménez recordó que la presentación de este avance no compromete a la administración, pero "sí nos implica a nosotros, nuestro proyecto definitivo tendrá que seguir lo que se dice aquí -en el avance presentado esta mañana-", al mismo tiempo este paso obligará a la empresa "a incorporar en nuestro proyecto final" y en su estudio de impacto ambiental las observaciones que se hagan desde la Junta, como administración competente en Minas y en Medio Ambiente, tras consultar también a otras administraciones, al ayuntamiento y a personas y asociaciones interesadas.

El anuncio de esta mañana hay que contextualizarlo en la política que está siguiendo la empresa, con anuncios cada siete o quince días, para hacer más atractiva su iniciativa ante la ciudadanía. También que se produce un mes después de la publicación en el DOE del decreto ley autonómico que respalda las proyectos de explotación del litio en la región. Pero de todas las comunicaciones de las últimas semanas, esta es la más importante porque se avanza en la tramitación ambiental y ya aparecen las tres posibles ubicaciones para la planta industrial y la entrada a la mina subterránea.

Este avance o proyecto inicial no significa nada sin los permisos que luego se tendrán que obtener, bien de investigación -si la sentencia que aún está pendiente da la razón a la empresa- o de exploración, para lograr después la concesión de explotación del yacimiento. Pero el documento desvela ya más datos del proyecto y las tres ubicaciones sobre las que la administración autonómica y local deberán pronunciarse.

La primera ubicación se denomina Guijarro (en la fotografía aparece de color rosa, mientras que el yacimiento, al que se accederá a este sitio con un túnel subterráneo, aparece de color anaranjado y con cuadrículas). Está en el margen izquierdo de la carretera de Miajadas, en el kilómetro seis. Según se especifica en el avance, se trata de una zona donde la legislación urbanística permite la actividad extractiva y "es una alternativa con fácil acceso, que ya está alterada por el ser humano y que mantiene una distancia con el casco urbano de más de tres kilómetros", según se indica en el proyecto inicial. En esta alternativa la planta industrial se sitúa al norte, "respetando al este el límite de los permisos del suelo y la balsa -de agua- queda encajada en la esquina noroeste" y "oculta desde la carretera". El depósito de estériles ocuparía 36 hectáreas (su distancia al perímetro urbano sería de 2.600 metros) y la balsa de agua 1,39.

Alternativa denominada Guijarro, en las inmediaciones de la carretera de Miajadas.

La segunda alternativa está al sur del yacimiento de Valdeflores (de color morado, mientras que el yacimiento de Valdeflores aparece en la fotografía de color anaranjado y con cuadriculas). Se encuentra al este del cerro Milano, según se dice en el documento de alcance. Es las más alejada del casco urbano y es "la que se encuentra más cercana a la zona de explotación -a la que se tendrá que acceder por un túnel-", según de detalla en el avance. La planta industrial de tratamiento para transformar el mineral en hidróxido de litio se encuentra "al oeste de la instalación de residuos -de acopio de materiales y de estériles que se saquen de la mina- y entre las dos se situará la balsa de aguas", según se indica en el documento de avance. El depósito de estériles ocuparía 32,6 hectáreas (su distancia al perímetro urbano sería de 3.200 metros) y el depósito de agua 1,2.

Alternativa que está al sur del valle de Valdeflores. EL PERIÓDICO

La tercera opción se denomina Muesas (de color amarillo en la fotografía, mientras que el yacimiento está de color anaranjado y con cuadrículas). Está al norte del valle de Valdeflores y "es otra de las alternativas interesantes para tener en cuenta ya que se trata de una zona que está altamente modificada por la actividad del hombre por la presencia de múltiples plantas de paneles solares y otras modificaciones", según se indica en el documento. La planta industrial "quedará al noroeste" del depósito de estériles -residuos-. Es de las tres alternativas la más cercana a la autovía de Trujillo. El espacio para almacenar estériles ocuparía 46,7 hectáreas (su distancia al perímetro urbano sería de 1.100 metros) y la balsa de agua 1,09.

La alternativa denominada Muesas que está próxima a la carretera de Trujillo. EL PERIÓDICO

Otros datos destacados del proyecto inicial, citados también por Jiménez, son que la vida total de la iniciativa son 31 años, de los que los dos primeros serían para la construcción de la planta y la excavación de la mina y los tres últimos para la rehabilitación y cierre del espacio minero. El objetivo es producir en la planta 467.000 toneladas de hidróxido de litio en grado batería durante los 26 años de funcionamiento de la planta.

El método de explotación es de minería de interior y se pretende ir rellenando los huecos con el material que se haya sacado una vez tratado para extraer el litio. Según se precisa en el proyecto inicial, las instalaciones de estériles y acopios que habrá en el exterior son «mucho más reducidas». Según se indica en el avance, el 70% de los estériles que se produzcan se utilizarían para el relleno de las galerías de interior, el 20% se destinarían a subproductos y el 10% es el que quedaría en las instalaciones de estériles en superficie que habría junto a la planta industrial, acopios que podrían destinarse a «recuperar zonas degradadas», dijo Jiménez.

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La mina subterránea tendría seis niveles de 60 metros. Cada uno de estos niveles se dividiría en otros tres de 20 metros cada uno. La vida útil de la mina sería de 28 años, de los que dos serían de construcción y los otros 26 de explotación. Se quieren extraer 47,7 millones de toneladas de mineral a un ritmo de dos anuales. Se necesitarán más de medio millón de metros cúbicos de suministro anual de agua, «y la principal alternativa de abastecimiento será la conexión con la estación de depuración de aguas residuales», recoge el avance del proyecto.

En cuanto a la oferta de empleo que se generaría, Jiménez comentó que serían 246 en las tareas de explotación de la mina y 454 en la planta industrial para procesar el mineral, además en los dos primeros años de construcción y apertura del yacimiento harían falta 1.500 empleos. En impuestos, los números que dio Jiménez fueron que se pagarían en la región 1.370 millones (al precio inicial de 17.000 euros la tonelada de hidróxido de lirio) o 6.800 (a un precio de 65.000 euros más próximo al valor actual del hidróxido)