Quien recuerde las mejores ediciones de aquel Extremúsika de antaño se queda corto. Ya demostró el festival con el cambio de promotor una ambición por crecer en todos los sentidos y así lo demostró en sus primeras dos ediciones. No obstante, la edición de este año ha rebasado con creces todos aquellos propósitos. La cita persigue alcanzar la fórmula de los macrofestivales del país y lo cierto es que tan solo unas horas después arrancar ya lo ha conseguido.
Abre así, con los mejores pronósticos posibles --incluso en la meteorología--, una edición que promete ser histórica tanto en cifras de público como en despliegue logístico y técnico, todo un alarde de escenarios, barras y dimensiones. Por primera vez, sale del encorsetado recinto Hípico y aprovecha la extensión que ofrece la totalidad del ferial.
Con todo a favor, desde primera hora de este jueves, la jornada inaugural, ya se pudo advertir la presencia de los primeros festivaleros en Cáceres. En la parada del bus lanzadera, un servicio que ha habilitado la organización para los que duermen en el centro, hileras de jóvenes con bolsas de bebidas. La misma estampa se vivió entre los que pretenden mimetizarse con la esencia del festival en la zona de acampada. Una retahíla de grupos de amigos con camas hinchables, sacos, tiendas de campaña se aglutinaban para acceder a la zona que se ha habilitado durante los tres días.
Provienen de todos los puntos del país. De Ciudad Real, Madrid, Salamanca o incluso de Bilbao, como Víctor e Ismael, que aguardan entrar para perderse entre los más de sesenta conciertos. Ellos persiguen la esencia primigenia del festival. "Venimos por el rock". Pertenecen a esa línea nostálgica, que aún se mantiene, aunque si hay algún cambio en esta nueva etapa es precisamente el cartel, que se ha abierto a más géneros.
De hecho, este jueves inaugural abrió la cita el pop rock de uno de los grandes conocidos en festivales y en este último año también por el Benidorm Fest. Rayden inauguró ante un público numeroso a pesar de la hora temprana uno de los escenarios con guiño final para sus compañeras en el concurso, Tanxungueiras.
Aparte del sonido potente y bien ecualizado, la puntualidad, una de las asignaturas pendientes de la mayoría de los festivales, también brilló por su presencia. También arrancó a su hora el segundo de los directos, también otro de los más esperados para el nuevo público que recibe el festival, María Peláe, otra estrella mediática en el último año tras su aparición en el programa 'Tu cara me suena'.
A lo largo de la noche estaba previsto que pasaran por los tres escenarios al menos una veintena de artistas más. Entre ellos, Boikot, Sínkope, Recycled DJ, Mafalda, Trashtukada y Desakato.
Ante tal previsión de público, la organización ha vendido casi 70.000 entradas, se ha organizado un dispositivo especial de seguridad que reparte seguridad privada, Policía Nacional controlando los accesos, agentes de la Guardia Civil con controles de alcohol y drogas y sanitarios de Cruz Roja para actuar ante cualquier incidencia.
Ya, este viernes y mañana sábado está previsto que continúe desarrollándose el festival que aspira a posicionarse entre las citas más relevantes del país. Al menos en el caso de Extremadura y si cumple las estimaciones de asistencia en relación a la venta de entradas, se colocará como el primer gran evento musical de iniciativa privada --Womad alcanzó los 140.000 asistentes pero se financia con dinero público-- de toda Extremadura.
