Durante generaciones y a lo largo de los dos últimos tercios del siglo XX, Remigio Mestre ha atesorado documentos visuales de gran interés fotográfico y de notable valor histórico y sociológico, que posibilitan en la actualidad el conocimiento exhaustivo de muchas de las transformaciones paisajísticas, urbanísticas, sociales, económicas y antropológicas acaecidas en distintos rincones de Extremadura.
Una muestra en Cáceres retrata a las mujeres extremeñas en la época del silencio
Una de ellas, vital, ha sido la de las mujeres. La obra y el legado de Mestre constituyen una fuente inagotable sobre la historia más reciente de nuestra región, de su patrimonio natural y cultural y, por tanto, sustancial para la memoria colectiva.
Por eso esta exposición que desde ayer cuelga en el Palacio de la Isla de Cácereses un referente para conocer la situación que vivieron las mujeres extremeñas entre la década de los 30 y los 50. Lo ha hecho posible la Fundación Caja Extremadura que ha recogido 213 fotógrafos del artista alcantarino.
Ayer, Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la fundación (que es la propietaria del legado fotográfico de Mestre) incidió en lo que supone la obra para entender la región en la actualidad.
El comisario de la muestra, el fotógrafo Genín Andrada, dijo que Mestre fue un fotógrafo poco habitual, no fue un fotógrafo comercial y por eso sus imágenes tienen una mirada libre y un lenguaje propio, tan libre y tan propio como las 213 silenciadas por la guerra y la posguerra.