Soraya se casa en Cáceres entre el hermetismo y una gran expectación

Ella misma la denominó su «fiesta del amor». Así hizo referencia Soraya Arnelas a su boda horas antes del enlace. En un mensaje público en sus redes sociales, aprovechó para agradecer a la prensa y a sus seres queridos el buen trato recibido y anunció que dejaba de lado el móvil para concentrarse en uno de los días más felices de su vida. Aunque semanas antes, tras años de relación y dos hijas, la cantante extremeña ya se había casado por el juzgado con Miguel Ángel Herrera, fue este sábado cuando hizo lo propio, ya de forma pública y multitudinaria, ante familiares y amigos. 

El enlace contaba con una lista de 250 invitados y levantó una gran expectación entre los medios y multitud de cacereños, que aprovecharon que el escenario elegido, la casa palacio Huerta del Conde, se encuentra en pleno casco urbano para aguardar la llegada de los comensales, la mayoría artistas y celebrities. Entre ellos, figuraban rostros conocidos como Chenoa o Pasión Vega. «Hemos venido a ver a Soraya, a ver si sale», ponían de manifiesto en la fila. Lo cierto es que la espera de al menos de una hora en algunos casos y ante un termómetro que marcaba casi los 30 grados no tuvo sus frutos, puesto que ni vieron a la extremeña ni tampoco desfilar a ninguna cara conocida

Todo el recinto se había blindado para evitar que se filtrara ni un detalle debido a que la pareja tenía concertada una exclusiva con la prensa rosa. Las inmediaciones estuvieron, además, controlado por agentes de incógnito y por patrullas de la Policía Local debido a las multitudes. En cualquier caso, al margen de la expectación, la hora previa transcurrió con normalidad, ya que las caras conocidas eligieron un acceso trasero para evitar ser captados por las cámaras.

La vigilancia en el exterior se trasladó también al interior porque a ningún comensal se le permitió acceder al recinto de la casa palacio con su teléfono móvil para evitar filtraciones. Al entrar y registrarse, depositaron los dispositivos en una bolsa que recogieron los organizadores de forma meticulosa. 

Estaba previsto que la ceremonia civil arrancara a las 20.00 horas, no obstante, el exhaustivo control a los invitados provocó una demora de casi media hora en el inicio de un enlace sobre el que había trascendido que contaría con especial protagonismo para las hijas de la pareja, Olivia y Manuela. Tras darse el ‘sí quiero’, estaba previsto que se celebrara un cóctel al aire libre.

Todos los invitados compartieron un código de vestimenta de esmoquin y pajarita en el caso de ellos y vestido largo en el caso de ellas. La novia vistió de la diseñadora Lorena Formoso. La música será hilo conductor y acompañará a invitados y recién casados en su gran noche.

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