"todo esto se ha conseguido gracias a un equipo. No me abandonaron nunca", confiesa el cocinero

Cáceres da las gracias a Pablo Medrano y Oquendo agranda su leyenda

Amigos, proveedores y familiares agradecen al hostelero su entrega a los fogones durante más de 50 años

Casado con una cacereña, llegó a Cáceres y fundó uno de los restaurantes más señeros de la ciudad. Ahora, tras su jubilación, la empresa Oquendo Gastronomía, que gestiona su establecimiento desde septiembre le rinde un homenaje

VÍDEO | Aplausos en el homenaje a Pablo Medrano en el restaurante Oquendo de Cáceres

´VÍDEO: M.A.M / FOTO: JORGE VALIENTE

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

"Las cosas importantes en la vida son las pequeñas cosas". Así comenzaba José Luis las emotivas palabras con las que llenó la noche del pasado domingo el salón del restaurante Oquendo en el homenaje que se le rindió a su hermano Pablo Medrano, y a su mujer Julia Moreno, en reconocimiento a sus más de 30 años de actividad en los fogones. José Luis llenó el corazón de los amigos y clientes, indudablemente toda una familia, que no quisieron dejar pasar la oportunidad de agradecer el inmenso legado que Medrano ha dejado en la ciudad.

"Sabemos muchas veces dónde queremos ir, pero para ello debemos saber de dónde partimos", dijo José Luis, cuyas palabras enternecieron al público. "Esta es una historia muy bonita, que tiene unos nombres muy bonitos: Julián Moreno y Cirila Martín, los padres de Juli, que un día -añadió- decidieron, hace ya más de 50 años, abandonar Extremadura. Se fueron llorando, como tantos extremeños. Ellos eran carpinteros y hacían aquí carros de labranza. Se marcharon a San Sebastián buscándose un mejor medio de vida. Allí, en el noble pueblo vasco, fueron acogidos; trabajaron y... Cupido asignó su flecha a Pablo y Juli. Ese es motivo de que hoy estemos aquí".

José Luis recordó que Pablo empezó en la cocina a los 14 años y que fue un referente en todos los lugares donde estuvo; "porque hay una cosa importante cuando se cocina: este es un trabajo muy duro puesto que hay que trabajar muchas horas cuando los demás están de fiesta y, además, lo más importante para ser buen cocinero es hacer las cosas bien con el objetivo de que la gente disfrute. ¿Qué pintor pinta algo que no lo pinte con el corazón?", se preguntó. Y enseguida respondió: "Las cosas que se hacen con el corazón salen auténticamente bien, y mi hermano en su vida hizo las cosas con el corazón. Pablo y Juli vinieron aquí a Cáceres porque, como dice el dicho '...tiran más que dos carretas', con la ilusión de montar algo que fuera una simbiosis. Mi hermano siempre comenta: ¡qué sería de la mahonesa sin los huevos y el aceite!. Y es que hay que juntar las cosas: la merluza con el aceite de Extremadura, por ejemplo. Es verdad que juntarnos nos enriquece, ahora que estamos con tantas diferencias. Tenemos que aportar lo mejor de nosotros mismos no sólo en el ámbito personal sino en la cocina. Y eso es lo que consiguió mi hermano. Por eso, Pablo, estamos orgullosos de ti, de este reconocimiento que se te da después de 55 años de lucha".

Asistentes al homenaje en Oquendo.

Los socios de Oquendo Gastronomía. / Jorge Valiente

"Esto si que no lo esperaba yo. Me han traído engañao", acertó a expresar Medrano al ver lleno el que fuera su restaurante y al tiempo que junto a Juli descubrían la placa conmemorativa que agradece el esfuerzo de todo este tiempo. El reconocimiento vino de la mano de Oquendo Gastronomía, sociedad participada por Pilesa, propiedad del empresario Francisco Piñero, dueño de la cadena Electrocash, el abogado Raúl Fuentes, el arquitecto Alberto Latín y el también empresario José Rodríguez, gerente de Exproluma. Ellos, tras la jubilación de Medrano, se quedaron con el local y ahora han querido rendirle un merecido homenaje.

Pablo Medrano y Paco Piñero.

Pablo Medrano y Paco Piñero. / Jorge Valiente

Paco Piñero fue el impulsor de la iniciativa, de modo que en sus palabras confesó que "Oquendo no es un restaurante normal y corriente, es un restaurante que en Cáceres tiene un nombre, y este legado que Julia y Pablo nos dejan queremos que quede aquí reconocido por sus amigos y por la nueva sociedad que hemos constituido". Piñero, buen anfitrión, supo reunir a clientes y proveedores que han sido testigos del éxito Medrano; también a los concejales del gobierno municipal Pedro Muriel, Tirso Leal y Jorge Suárez, porque "el Ayuntamiento de Cáceres tenía que estar aquí representado ya que esta empresa es importante para la ciudad. Quiero -concluyó- que paséis una noche agradable porque la vida es muy corta y estos son los momentos con los que tenemos que quedarnos".

La casa de todos los cacereños

Raúl Fuentes también tomó la palabra para hacer un repaso a la trayectoria vital y personal de Pablo y Julia. "Este homenaje surge de una necesidad de agradeceros en público y daros la enhorabuena por la trayectoria que habéis tenido", les dijo. Fuentes recordó que cuando Medrano llegó a Cáceres siempre ponía de referente a Atrio y Malvasía. Desde ese momento hasta ahora la gastronomía cacereña "ha cambiado de una forma abismal: Javier Martín, Homarus, Albalat, Eustaquio Blanco, proyectos novedosos como Borona Bistró y La Casa del Sol, proyectos que en muchos casos que dinamizó la ciudad monumental. Desde el 98 hasta ahora -remarcó- lo único que ha permanecido inalterable en Cáceres, además de Atrio y del Figón, ha sido Oquendo, porque Oquendo es la casa de todos los cacereños".

Lo cierto es que Pablo Medrano vino en el 98 de Euskadi a Cáceres buscando algo más de tranquilidad, quizá más amable por aquel contexto histórico del Euskadi de entonces. "Aquí se os acogió muy bien y habéis disfrutado esta ciudad. Pero creo que la realidad es que tú, es que vosotros, habéis acogido a Cáceres y a todos los cacereños porque desde que se abrió Oquendo y desde que vosotros habéis desarrollado aquí vuestra actividad, Cáceres es una ciudad mejor. Porque a Oquendo vienen los cacereños a disfrutar, vienen de tertulia, vienen sabiendo que se van a encontrar siempre lo mejor, y sabiendo que no sólo habéis generado un entorno agradable para todos sino que Oquendo tenga vida propia", insistió Fuentes.

En este tiempo, la pareja supo conformar "un equipo que sabe funcionar, tener unos proveedores que son de la máxima fidelidad y conseguir que todo el mundo que llega a Oquendo sepa que Oquendo es lo que es por todo lo que habéis hecho vosotros y que va a seguir así, porque una cosa que teníamos clara es que Oquendo no se podía tocar, que Oquendo tiene que seguir siendo Oquendo. Os llevaremos en el corazón ahora y siempre", remató Fuentes, que también emocionó a los asistentes.

José Luis Medrano, hermano de Pablo.

José Luis Medrano, hermano de Pablo. / Jorge Valiente

El concejal Pedro Muriel también ha sido testigo de la historia de Oquendo. "Esta no es sólo una historia empresarial sino una historia de amor por una ciudad, de entrega y compromiso. Vinieron a dar lo mejor de ellos, de su profesionalidad", dijo el edil, que también agradeció a Piñero y sus socios "la apuesta empresarial por dar continuidad a un proyecto tan bonito, tan especial y entrañable".

Muriel es uno de esos cacereños que ha disfrutado de momentos magníficos en Oquendo, que ha sido testigo de aquellos años en los que siendo él concejal de Festejos vio a un Medrano defensor de la feria de día en el centro y de la peatonalización de una zona que hoy es referente del ocio y la gastronomía de Cáceres.

Y entre todos ellos, un Pablo Medrano emocionado, que no se esperaba este reconocimiento en una ciudad donde, dijo con su retranca habitual, "no se puede guardar un secreto". Pero Piñero y los demás lo supieron guardar tan bien que Medrano recibió el calor de su familia, de sus amigos, y él sólo tenía palabras de agradecimiento: a Juli, a su gran equipo, al personal de cocina, de barra, de sala... "Que las hemos pasado muy mal superando la crisis de 2008, reconvirtiéndonos, porque en este oficio tienes que ser un poco camaleónico; luego con la pandemia, pero todos han estado a mi lado y en ningún momento me han abandonado".

Pablo Medrano, más de barra que de calle, sabe que para saber beber vino no sólo hay que saber comer sino que hay que saber beber, y que beber, con tino y con delicadeza, hay que hacerlo con la gente que quieres y te quiere. Por eso, y por mucho más, Cáceres dio las gracias a Pablo y Oquendo agranda así su leyenda.

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