Sin rastro del vecino de Hinojal

Un mes de la desaparición de Vicente: búsqueda por tierra, agua y aire

Hinojal sigue expectante el avance de la investigación después de hasta cuatro batidas sobre el terreno fallidas. El vecino de 79 años vivía solo y ganó un premio de la Lotería hace tiempo

Uno de los familiares muestra en el móvil una fotografía de Vicente S., vecino de Hinojal desaparecido.

Uno de los familiares muestra en el móvil una fotografía de Vicente S., vecino de Hinojal desaparecido. / JORGE VALIENTE

Por tierra, río y aire. La búsqueda de Vicente ha desplegado todos los medios posibles cuando se cumple un mes exacto de su desaparición. Hinojal sigue expectante desde que arrancó el año de cualquier noticia sobre el vecino de 79 años, que se encuentra en paradero desconocido desde entonces. El secretismo de la Guardia Civil en los avances de la investigación ha contrastado con las panorámicas de las generosas batidas que han recorrido las inmediaciones de la localidad, la última este viernes. 

A lo largo de este mes, los equipos de la comandancia de Cáceres han redoblado esfuerzos con voluntarios y los propios vecinos para encontrar directamente a Vicente o, al menos, hallar algún indicio que ayude a localizarle. Sin embargo, todas las jornadas de búsqueda han finalizado con el mismo resultado, sin éxito. Cierto es que desde el primer momento su desaparición ha estado acompañada de multitud de interrogantes. El primero, dejó el teléfono, del que rara vez se desprendía según sus conocidos, en casa. El móvil y la cama sin hacer fueron las premisas de las que partieron los investigadores. 

Otra de las circunstancias que han suscitado especial interés en torno al caso es la relativa a que Vicente ganara un cuantioso premio la Lotería hace meses, hecho que la familia cree que motivó su desaparición. De hecho, sus propios seres queridos, que fueron los que interpusieron la denuncia ante la Guardia Civil a finales de enero, han sostenido desde un primer momento que el anciano no se ha marchado de forma voluntaria.  

En relación a este supuesto, fuentes de la comandancia aseguran que el que acumulara una gran cantidad de dinero en el banco es tan solo otro dato más a tener en cuenta y no descartan ninguna hipótesis al respecto. Lo único que ha quedado acreditado es que la jornada en la que fecha su desaparición, se realizó un reintegro de fondos --no se ha precisado la cantidad-- de un cajero de la localidad. 

Una última particularidad del caso reside en su círculo. Todos los que le conocen le definen como una persona reservada, celosa de su intimidad y en ocasiones, aprehensiva. Tente vivía solo en el domicilio que heredó de sus padres, ya fallecidos, y frecuentaba el bar que regentan unos familiares suyos y la panadería. De hecho, ambos fueron los primeros que sospecharon porque no lo vieron durante varios días. Cierto es que los vecinos que participaron en su búsqueda tan solo días después sostenían que aparte de moverse por el pueblo, de escasos 400 habitantes, aseguraron que era habitual que frecuentara localidades cercanas como Talaván o incluso Cáceres, precisamente para jugar a la Lotería. Lo hacía siempre, eso sí, en compañía de un vecino o en autobús porque él no conducía, pero siempre regresaba en el día. 

Búsqueda de Vicente en aguas del Tajo.

Búsqueda de Vicente en aguas del Tajo. / JORGE VALIENTE

En este escenario de interrogantes, los equipos de la benemérita han ido desplegando su operativo. El primero, el más numeroso, tuvo lugar el mismo de 1 febrero, tan solo días después de la denuncia que interpuso su hermana, que había regresado de Madrid a Hinojal para celebrar las Candelas. Contó con un gran despliegue a pie, entre vecinos y voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil que peinaron durante horas las inmediaciones del pueblo. Todos ellos acompañaron a los bomberos con perros y a los equipos de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil. 

Tras un primer barrido a pie infructuoso, la siguiente jornada se centró en los pozos y charcas. Participó el equipo de actividades subacuáticas (Geas) que tiene su sede en Badajoz y que, semanas antes, había intervenido en la búsqueda de Manoli, la vecina pacense que fue hallada en el río Guadiana. Con la colaboración de las cámaras de Cruz Roja, descartaron que pudiera encontrarse en alguna poza cercana. De nuevo, aunque en menor número, los agentes y voluntarios complementaron la búsqueda acuática con una nueva batida a pie, y se unió el equipo Pegaso con drones. Esta segunda jornada despertó un mayor interés mediático y convocó a medios regionales y nacionales. De nuevo, el dispositivo concluyó sin éxito. 

Aunque el operativo sobre el terreno se relajó días después, la Guardia Civil se dedicó a interrogar a su entorno y a recabar pesquisas para cercar su paradero. Fue tras dos semanas, el 15 de febrero, cuando otra vez los submarinistas de Badajoz regresaron para registrar el cauce de los dos ríos que atraviesan la comarca, el Tajo y el Almonte. Se sirvieron como base del club náutico Tajomar. Los expertos navegaron en una zodiac cuatro kilómetros del río sin novedades. Sumo a la búsqueda otro intento frustrado. 

Así, tras descartar los caminos, los alrededores, los pozos y los ríos, la búsqueda añadió un nuevo capítulo en vano este viernes. Cierto es que esta última jornada se limitó a una batida aérea con los drones del equipo Pegaso en la zona del cementerio que no se prolongó más de media hora. Como particularidad, en esta jornada estuvo presente el elegado del Gobierno, José Luis Quintana, que, acompañado del subdelegado José Antonio García Muñoz y la alcaldesa de Hinojal, Blanca Vivas, y del jefe de la comandancia, el teniente coronel Rafael Roldán. 

Por el momento, no se han anunciado más dispositivos sobre el terreno. En todo momento, las labores están organizadas por el mando de la Guardia Civil Ángel Bautista, el mismo que dirigió el caso de Rafael, otro vecino de Plasenzuela que desapareció hace meses y que fue hallado en una cantera días después.

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