Habla la consejera de Cultura: Cáceres, una ciudad de teatro y patrimonio

En el corazón de Extremadura, Cáceres se alza no solo como un bastión del patrimonio histórico monumental, sino también como un vibrante escenario de vanguardia cultural. Cada año, el Festival de Teatro Clásico de Cáceres refuerza esta dualidad, convirtiendo a nuestra ciudad en un epicentro donde lo antiguo y lo contemporáneo se dan la mano en armonía. Este festival no es solo una celebración de las artes escénicas; es un testimonio del compromiso de Cáceres con la cultura, un paso firme en nuestro camino hacia la capitalidad cultural europea.

El casco histórico de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es el lienzo perfecto para un festival que rinde homenaje a los clásicos. Las piedras milenarias de sus plazas y calles no solo soportan el peso de los siglos, sino que resuenan con las voces de las generaciones presentes. En este entorno, la representación de obras clásicas adquiere una dimensión especial, donde el pasado y el presente se encuentran y se enriquecen mutuamente.

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El Festival de Teatro Clásico de Cáceres ha sabido conjugar la vanguardia con este patrimonio histórico, respetando siempre la huella de las culturas que nos precedieron. Desde su fundación, el festival ha tenido como uno de sus pilares la integración de los escenarios históricos en sus producciones. Los espectadores no solo asisten a una obra de teatro; participan de una experiencia inmersiva en la que cada rincón de la ciudad se convierte en un personaje más. Este enfoque ha permitido que el festival destaque en el panorama cultural nacional e internacional, atrayendo a artistas y públicos diversos.

Sin embargo, no debemos conformarnos con los logros alcanzados. Los retos que tenemos por delante son considerables, pero también lo son nuestras ambiciones. Cáceres debe seguir aspirando a ser un referente cultural, no solo en España sino en toda Europa. Para ello, es fundamental que continuemos apostando por la innovación y la excelencia en nuestras propuestas culturales. El festival debe seguir evolucionando, incorporando elementos que enriquezcan la experiencia teatral sin perder de vista nuestras raíces.

Es crucial también que sigamos fomentando la participación de la comunidad local. La cultura debe ser un motor de desarrollo social y económico, y en este sentido, el festival puede y debe jugar un papel esencial. Impulsar talleres y actividades paralelas que involucren a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, es una estrategia necesaria para asegurar la sostenibilidad y el impacto positivo de nuestras iniciativas culturales.

Además, la colaboración con otras ciudades y festivales europeos nos ofrece una oportunidad inigualable para seguir creciendo. Establecer redes y sinergias nos permitirá compartir experiencias, conocimientos y recursos, fortaleciendo así nuestra posición en el mapa cultural europeo. Cáceres debe vivir abierta al mundo, mostrar lo que somos y aprender de otros modelos de éxito.

La candidatura de Cáceres a la capitalidad cultural europea es un proyecto ambicioso, pero también una oportunidad única. Nos brinda la posibilidad de consolidar nuestro modelo cultural, de proyectar nuestra identidad y valores al exterior y de transformar nuestra ciudad en un espacio donde la cultura sea accesible para todos. No podemos olvidar que la cultura es un derecho y un bien común, y debemos trabajar para que esté al alcance de todos los ciudadanos.

El Festival de Teatro Clásico de Cáceres es un emblema de nuestra capacidad para conjugar tradición y modernidad. Nos empuja a ser ambiciosos y a mirar siempre hacia el futuro. Con el esfuerzo conjunto de instituciones, artistas y ciudadanía, estoy convencida de que Cáceres se consolidará como un faro de cultura y creatividad en Europa. Sigamos escribiendo esta historia juntos.

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