Los componentes de la Asociación de Ilusionistas Extremeños (Aiex), han otorgado al bar Barley Heart de Navalmoral de la Mata el título de "bar mágico". El local se convierte así, en el primer establecimiento que ostenta esta denominación dentro de la comunidad autónoma extremeña.

Según explicó a EL PERIODICO EXTREMADURA Joaquín Rodríguez Flores, presidente de Aiex, fue posible darle al local esta mención porque el único requisito que exigía la asociación era que en él se celebraran "actuaciones mágicas".

En uno de esos espectáculos, hace unos dos años, surgió la idea de crear la agrupación regional de manos del mago Alfred Cobami y del actual presidente, Joaquín Rodríguez, con el objetivo de que "todos los magos de Extremadura nos uniésemos para proteger la profesión y así hacer llegar el arte de las artes a todos", comentaban ambos.

La asociación de ilusionistas es un organismo sin ánimo de lucro, con sede en Navalmoral, a la que puede acceder cualquier persona que demuestre "su profesionalidad" a través de un pequeño examen, subraya Joaquín. En la actualidad, la asociación está compuesta por ocho miembros y forma parte de la Secretaría Permanente de Congresos, órgano principal que organiza convenciones a nivel nacional e internacional. Esto les permite tener "voz y voto para tomar decisiones y promover la creación en Extremadura uno de estos congresos, además de contar con el apoyo de un organismo de prestigio", dijo Rodríguez.

Una de las ideas que en estos momentos tiene la asociación es su presentación oficial en la región con la celebración de un gran espectáculo mágico. Dicho acto todavía no se ha podido realizar debido al elevado coste que conlleva, aunque esperan realizarlo el próximo año.

CUENTOS MAGICOS

Otro de los proyectos a desarrollar es impartir un curso de magia para todas las edades. La asociación también quiere editar una serie de cuentos mágicos, que han escrito varios miembros, para estimular al niño en la lectura a través de la magia. "Para que el libro se pueda desarrollar, el niño tiene que ir haciendo magia", concluía Alfred Cobami.