Las mancomunidades de municipios son un referente básico del desarrollo de la región. En sus orígenes y aún hoy día su misión es prestar servicios básicos cuya efectividad se ve fortalecida por el hecho de unir recursos entre municipios de distintos niveles poblacionales, que garantizan esos servicios a todos los habitantes de una misma comarca. Pero a ese objetivo inicial se le ha unido, o se le debe unir, el de tratar de configurar el desarrollo integral del territorio en el que actúa.

Pero no desarrollo a cualquier precio ni precipitado, se trata de un desarrollo impregnado de valores universales, se trata de promover la libertad, con políticas para formar e insertar laboralmente al mayor número de ciudadanos, sobre todo a aquellos con menos posibilidades, y con incidencia en los jóvenes, se trata de desarrollar políticas de igualdad de oportunidades especialmente en colectivos que como las mujeres o los discapacitados tienen dificultades, y de ejercer la solidaridad apostando decididamente por el desarrollo de los pueblos con menos población.

Se trata de garantizar un desarrollo del siglo XXI, con clara vocación de conseguir que vivir en un pueblo de 200, 2.000 o 7.000 habitantes no signifique variar sustancialmente nuestra calidad de vida.

*Presidente de la Mancomunidad Tajo-Salor.