La Vera está plagada de rutas, caminos y vericuetos que llevan el nombre de personajes y hechos históricos de reconocida importancia, destacando entre estos últimos la estancia y muerte del Emperador Carlos V, en el Real Monasterio de Yuste. Tampoco faltan leyendas populares, que pese al paso del tiempo, guardan campos y montes veratos. Algunas de ellas relacionadas con la estancia de moros y cristianos.

Sin duda entre las leyendas más populares está la de la Serrana de la Vera, que además da nombre a una ruta desde la que se pueden contemplar bellos paisajes, mientras que el trayecto une Piornal y Garganta la Olla. Sin duda esta de la Serrana es una de las múltiples rutas que pueden recorrerse a lo largo de la comarca verata, cuyos pueblos vistos desde el puerto de Miravete, cuando el sol luce en primavera, parecen una cadena de perlas incrustadas en la sierra de Gredos.

La ruta de la que nos ocupamos hoy es atractiva para el caminante por varios motivos. Entre ellos, se encuentran: poca dificultad en el recorrido, paisajes paradisíacos, especialmente cuando florecen los cerezos, y porque gran parte del trayecto discurre por los montes de la Sierra de Tormantos y sus proximidades.

La leyenda ubica al personaje que da nombre a este camino en las sierras del norte de la provincia de Cáceres, que fue donde llevó a cabo sus correrías una mujer, La Serrana de la Vera, que posiblemente deshonrada por un noble de la ciudad de Plasencia, decide retirarse a una cueva excavada en las montañas veratas, en las proximidades de Garganta la Olla. El motivo de su retiro no era otro que vengar tan vil ofensa.

Entre los numerosos autores que se han ocupado de este legendario personaje se encuentran Lope de Vega, Valdivieso, Menéndez y Pelayo, Valeriano Gutiérrez Macías y Julio Caro Baroja, además del verato Gabriel Azedo de la Berrueza. Caro Baroja no descarta la posibilidad de que el fenómeno de la Serrana de la Vera sea un mito.

Pero el itinerario del trayecto, que parte de Piornal, no esconde solamente entre sus robledales los crímenes, desdibujados por el paso de los siglos, que al parecer cometió la musculosa y varonil serrana, matando a cuanto varón se acercaba a la cueva donde vivía, después de haber satisfecho sus deseos sexuales con él, sino que en el cerro de San Salvador se conservan las ruinas de la ermita del mismo nombre, en la que otra leyenda asegura que trece obispos cristianos fueron pasados a cuchillo "por los moros", según cuenta el jarandillano Gabriel Azedo de la Berrueza, en Amenidades, florestas y recreos de la provincia de La Vera Alta y Baja en la Extremadura . Mucho antes de llegar al monte de San Salvador es necesario pasar cerca de la hospedería La Serrana --en Piornal--, Fuente de los Helechares y Pico del Puerto (el monte Espolón queda a la izquierda, igual que la majada de los pastores), cruzando la Garganta Mayor por el puente Pipilla . Desde aquí, se faldea por El Revellón hasta La Era de las Cruces , en el límite con el término municipal de Aldeanueva de la Vera.

A partir de este momento, se inicia el descenso hasta Garganta la Olla, pasando por las barreras de Pachón y Yuste. Una vez llegado al pueblo de Garganta se puede descansar tranquilamente, degustar su gastronomía, comprar en sus tiendas y pasear por el casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico.