El Periódico Extremadura

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Medita sobre el deterioro de una sociedad con actitudes, en algunos casos, individualistas o violentas

Don Emilio, el cura analista de Torrejón el Rubio

Nacido en Pasarón de la Vera, destaca por sus reflexiones sobre una Iglesia social

El cura posa en Torrejón el Rubio junto a su gato Menino. ALBERTO MANZANO

Emilio Cruz Rodríguez nació el 30 de mayo de 1943 en Pasarón de la Veraes muy bonito mi pueblo», recuerda nada más iniciar la charla con El Periódico Extremadura). Don Emilio, como lo conocen por aquí, llegó a Torrejón el Rubio hace 12 años después de que pidiera la incorporación a la diócesis tras su labor como capellán en Valencia. «Estoy en la localidad y cuido algo de Villarreal de San Carlos, donde no hay prácticamente feligreses, pero de vez en cuando, en primavera y otoño he dado alguna misa; pero poca gente», manifiesta. 

¿Y cómo están las vocaciones en el pueblo? «En el municipio, mal. Hace tiempo que no aparecen desde hace muchísimo. Alrededor de 30 o 40 años. Quiero recordar que alguna salió con don Primitivo, pero no cuajaron. Y eso es lo que hay. Existe una etapa de la vida, que va de los 30 a los 50 años donde se ha roto la cadena de asistencia. Y esas generaciones no acuden normalmente a misa, a excepción de funerales o celebraciones especiales. Y ahí se ha perdido bastante juventud, porque no ha habido valores humanos y cristianos que se les hayan transmitido. Esa laguna la tenemos y es difícil de rellenarla», cuenta.

¿Cómo se metió don Emilio a sacerdote? «Entré en lo que era el colegio apostólico (el seminario de Plasencia), y allí empezó todo. Mi etapa se inició con los frailes, con el noviciado, la teología, la filosofía. En 1971 me ordené de sacerdote», comenta mientras sujeta a Menino, su gato, que le acompaña donde va, incluso a la iglesia. «Le digo Menino por no decirle minino, porque minino son todos los gatos», apunta con una sonrisa. Atiende misas, funerales, comuniones, «algunos bautizos (el año pasado hubo cinco), bodas hay pocas porque se van por lo civil», indica.

En tiempos de covid, de guerra, de cambio climático, ¿qué papel juega Dios y la Iglesia ante esta situación que padece el mundo? «El papel siempre es misterioso. La clave es preguntarnos qué nos dice Dios detrás de todos estos acontecimientos. Por ejemplo, la guerra de Ucrania nos hace preguntarnos qué sentido tiene la globalización, que es una explicación social y política, pero desde el punto de vista religioso, Dios nos habla de solidaridad y sobre cuál es nuestra relación con los demás», responde, que además de cura es un gran comunicador, todo un analista que siempre hace reflexionar en ese deterioro social latente y visible, por ejemplo, en la violencia o en las actitudes individualistas y de odio. Suerte la de Torrejón de tener a don Emilio, ejemplo de la iglesia social. 

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