Dicen que con queso y vino se hace mejor el camino y de ello dan fe las miles de personas que están disfrutando de la XXXV edición de la Feria Nacional del Queso de Trujillo, una cita que el covid-19 consiguió frustrar durante dos años consecutivos pero que ha vuelto con más ilusión y expectativas que nunca. La última edición, en 2019, acogió a más de 200.000 visitas durante los cuatro días que duró el evento; este año Turismo espera superar, al menos, la mitad, teniendo en cuenta que sigue existiendo cierta reticencia a las aglomeraciones.

En cualquier caso, los amantes de este delicioso manjar pueden degustar en esta cita, que se clausura mañana, hasta 500 variedades de queso, acompañadas, por supuesto, por diferentes cervezas y vinos de la tierra, una recompensa para el paladar, maridada, además, con un entorno de excepción, la imponente plaza Mayor de Trujillo.

Feria del queso de Trujillo. El Periódico

Alrededor de la una del mediodía, desde las calles aledañas, ya se puede percibir el fuerte olor a esos quesos, algo que sorprende a Carla y Sergio, una pareja que ha viajado desde Valencia para pasar el puente de mayo en la ciudad trujillana y, de paso, degustar y empaparse de la cultura quesera de la región.

Son muchos los que como ellos han elegido Trujillo para pasar estos días de descanso. Paula y María se despidieron de Córdoba el viernes para reencontrarse con un grupo de amigos en esta feria. «Es la primera vez que venimos, pero nos alegramos mucho de haberlo hecho. El ambiente es estupendo y poder degustar tantas variedades de queso en un mismo lugar es increíble», expresan.

A pesar de que este año la organización puso a la venta en varios lugares los tickets para las degustaciones de queso y vino, muchas personas hicieron cola en los diferentes puntos de venta, situados en las entradas de la plaza, soportando, entrada la tarde, los 27 grados de temperatura.

Entre ellas estaban Andrés y Marta, extremeños, sin embargo no habían visitado nunca la feria del queso. «No sabíamos muy bien a lo que veníamos. Habíamos oído hablar de esta feria y después de dos años de pandemia nos hemos animado. Nos está encantando la experiencia», cuentan mientras esperan su turno para comprar los tickets.

Esa sensación tienen también los queseros, que no han dejado de trabajar, a pesar de la cancelación de la mayoría de los eventos feriales y, particularmente, gastronómicos de los dos últimos años. «Por suerte, no damos abasto», señala una de las responsables de Quesos Monje, de Asturias.

Estand en la feria del queso de Trujillo. El Periódico

Y es que, además de las innumerables queserías y denominaciones de origen extremeñas que conforman el elenco de la feria, como Torta del Casar, Quesos de la Serena, Queso Ibores o Acehúche, son muchas las que provienen de otras comunidades autónomas y han conseguido hacerse un hueco en esta cita. Así, en ella se pueden disfrutar productos de Castilla la Mancha, País Vasco o Galicia, entre otras; además de Portugal, que no suele faltar al encuentro.

Son más de cien los expositores que se acomodan en la estructura erigida en la plaza trujillana, sin contar con la considerable lista de espera que cada año se forma para disponer de un espacio en este preciado escaparate gastronómico, que aúna tradición e innovación en todas las fases de su desarrollo y que representa una de las propuestas más importantes para el sector agroalimentario nacional.

De hecho, ya en la presentación oficial del cartel de la XXXV edición, tanto el presidente del comité ejecutivo de la feria, Gabriel Fernández, como el alcalde de la ciudad, José Antonio Redondo, hicieron referencia a que «el espacio de la plaza es el que es», por lo que resulta complicado aumentar la lista de expositores con la que se cuenta en la actualidad.

Concurso y premios

Uno de los momentos más señalados del programa de la feria es la cata concurso que, cada año, premia las modalidades de pasta dura y blanda de quesos de cabra y oveja y que en esta ocasión, como novedad, se ha celebrado en el convento de la Merced.

Del mismo modo, este año, además de valorar las modalidades de estos quesos, la organización ha considerado incluir un galardón adicional, el premio a la innovación quesera, dirigido a aquellos quesos que no pueden integrarse en la cata principal, por cuestiones relacionadas con su elaboración e ingredientes.

Así, en esta edición, el premio al queso de oveja pasta blanda ha recaído en la Torta del Casar DOP Virgen del Prado, de quesería Doña Francisca, que además se ha llevado el galardón por su queso de cabra curado sudao, clasificado en la modalidad de cabra pasta blanda.

Concurso de quesos en la feria de Trujillo. El Periódico

El premio en la modalidad de pasta dura de oveja ha reconocido al queso oloroso de El Bosquejo; y el pasta dura de cabra se lo ha llevado el curado de Quesos Morán Piris. 

A ellos se han sumado el premio a la innovación, que ha sido para el queso La Creme, de Lácteos de Granadilla; y el premio especial a la fidelidad a Antonio García, de Los Berrocales Trujillanos, concedido a título póstumo.