De la Garganta de Cuartos con su puente medieval, a la de Alardos en Madrigal, justo en la frontera entre Extremadura y Castilla y León pasando por La Desesperá de Pasarón, que esconde entre sus aguas una leyenda de amor. Jaranda de Jarandilla, con su Charco Trabuquete, sus cascadas donde mana la vida, donde el cielo se confunde con el suelo. La Chorreda del Diablo, que viene jubilosa de la Sierra de Gredos haciendo piruetas como cuando rompen las olas sobre las playas del Atlántico.
Las Pilatillas de Garganta La Olla, el cerezo, la conversación reposada al abrigo de una buena mesa. Las lluvias han hecho correntías y el sol ha desplegado el amarillo de su fuerza. La Vera en todo su esplendor, un espectáculo, una ventana abierta al alma milagrosa de la tierra.