El pasado 29 de octubre se celebraba el Día Mundial del Ictus, así que es un buen momento para concienciar de la necesidad de saber identificar sus síntomas a tiempo para poder mejorar su pronóstico.

A pesar del monopolio informativo que tiene el covid-19 en la actualidad, no nos olvidemos de que cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en España, de los que un 50 por ciento quedan con secuelas que les causan discapacidad o bien fallecen. Reconocer un ictus a tiempo es crucial para minimizar las consecuencias de una enfermedad que nos recuerda que, definitivamente, prevenir es muchísimo mejor curar.