Las noticias que llegan del príncipe Enrique de Dinamarca, esposo de la reina Margarita, suelen inspirar chistes. El mismo hombre que en el 2002 se exilió a un palacio francés porque se sentía como un "cero a la izquierda" y que escribe poesía erótica ("tus pechos son de melocotón", dice sobre su esposa), afirma ahora que ha probado la carne de perro, y defiende su consumo. La lógica con la que se explica es aplastante. "Los perros que se comen han sido criados para ello, igual que se hace con los pollos", dice a la revista Ud & Se. Sus palabras han dado munición a la prensa, que le recrimina incompatibilidad entre sus gustos y su cargo en el Club Danés de Cría de Perros.