Los familiares del que fuera maestro de Pulianas (Granada) Dióscoro Galindo y del banderillero Francisco Galadí, supuestamente enterrados en la misma fosa común que el poeta Federico García Lorca, presentaron en la Audiencia Nacional una demanda para poder recuperar los restos de sus antepasados. Frente al silencio de los herederos de Lorca, "que ha primado siempre", los Galindo y los Galadí confían ahora en una "salida legal" que les sea favorable y permita la exhumación.

La nieta del maestro republicano, Nieves Galindo, que estuvo arropada por el historiador Ian Gibson y varios miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, defendió que la solicitud presentada ante el juez Baltasar Garzón es la "última salida" tras muchos años reclamando la exhumación. En todo ese tiempo, "ha ganado" la oposición de la familia del escritor a buscar la fosa pero ahora "tendrá que ser al revés", mantuvo Galindo.

El hispanista Ian Gibson tampoco entiende la negativa de la familia de García Lorca a buscar la fosa, a saber al menos, si el poeta está enterrado en el paraje entre las localidades de Alfacar y Víznar por lo que saludó la posibilidad de que setenta años después exista la "oportunidad" de buscar el cuerpo del "poeta más grande que tiene este país y el desaparecido más célebre de la Guerra Civil" que, según afirmó "yace tirado en una cuneta como un perro". "Si la familia no quiere sacarlo de allí, me parece muy bien, yo no tengo derecho a entrar ahí pero sí creo que tengo derecho a saber si está", indicó Gibson, que también hizo referencia a los "bulos que circulan por Granada", como el de que los familiares desenterraron el cuerpo dos días después del fusilamiento y lo trasladaron a la propiedad familiar de la Huerta de San Vicente, "inventado --a su juicio-- por algún sabelotodo".

Para el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, Francisco González, los García Lorca "pueden opinar sobre la recuperación de los restos de Federico si las instituciones se lo consienten", pero rechaza que se opongan a que los familiares de los otros enterrados junto a él recuperen los cuerpos de sus antepasados.

Por su parte, el vicepresidente de la asociación granadina y alcalde de Pulianas, Rafael Gil, presentó un reportaje técnico entregado en la Audiencia junto a la demanda en el que se localiza la fosa y explicó que la localización exacta de la misma y la posterior exhumación se podría realizar "sin ningún escándalo ni circo", con los medios arqueológicos de los que dispone la Universidad de Granada. "Lo que no puede ser es que la voluntad del asesino deje a muchos asesinados en las cunetas o en las fosas comunes cuando hay familiares que libremente quieran recuperarlos", añadió Gil.

Para Galindo y para Gibson "las heridas" que en forma de asesinatos causó la Guerra Civil y la represión franquista "siguen abiertas". Rechazaron así la postura que defiende "la derecha" de que la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica y las peticiones para las exhumaciones únicamente sirven para abrir viejas heridas.

"No vamos a abrir nada que no esté abierto, lo que hay que hacer es cerrarlas y eso sería encontrar los restos de la persona desaparecida, rescatar los restos de nuestros seres queridos sin que se haga en contra de nadie y sin ningún tipo de agravio", explicó la nieta del maestro asesinado junto a García Lorca, Galadí y el también banderillero Francisco Arcollas --del que no se conocen descendientes-- el 18 de agosto de 1936.