¿Puede el fado cantarse sin guitarra, ser divertido o bailarse? Sí. Palabra de Deolinda, una banda portuguesa que ha abierto, como aquí ha ocurrido en España con el flamenco o con la música tradicional, vías musicales que se dejan contaminar por otros ritmos y melodías. Partiendo del fado, Deolinda comenzó su andadura en el 2006, cuando se unieron cuatro jóvenes músicos con la intención de cruzar diferentes lenguajes musicales. Tras actuar en Polonia, mañana cantan en el Gran Teatro de Cáceres dentro de las actividades de Agora, un encuentro cultural entre España y Portugal, organizado en Extremadura. Cançao ao lado es el último disco del grupo, compuesto por 14 temas originales. En su página de internet (www.deolinda.com.pt) pueden escucharse cinco temas.