Resulta extraño llamar viejo a un ordenador de 1999, pero ahí está, convertido en una máquina podrida , como reza el título de la exposición de Brian Mackern. El MEIAC de Badajoz lo compró y ahora lo muestra al público detrás de una malla metálica, como si fuera un preso o estuviera protegido

Mackern, artista uruguayo de arte digital desde sus orígenes en los años 90, adquirió el aparato en Barcelona y en cinco años ya lo había agotado. La velocidad de los avances tecnológicos en ese periodo hizo, según explica, que generaciones enteras de artefactos electrónicos y sobre todo los portátiles, "quedaran rápidamente obsoletas debido, a su vez, a la mayor exigencia de los sistemas operativos y software a nivel de memoria y procesadores". Ello provocó que innumerables obras digitales realizadas para ordenador ya no pudieran volver a verse.

Brian Mackern matiza el término de arte digital. Este remite a los años sesenta, mientras que él, afirma, proviene del netart de los años 90, y que engloba a "toda obra pensada para internet, que refiere a ella o que sencillamente no puede existir sin ella". Aunque la fuente de inspiración de esta expresión artística son casi todas las vanguardias del siglo XX, "desde el dadá, pasando por el situacionismo, el popart...".

La exposición La máquina podrida aka la desdentada (este último término significa que al teclado le faltan algunas teclas) consiste en el ordenador con todos sus datos contenidos entre 1999 y 2004, que incluyen los trabajos personales de Mackern, sus encargos para otros artistas, o los trabajos del creador uruguayo como videojockey y sus conferencias. Además se presentan objetos (desgastados) referidos a las computadoras, y 10 proyecciones reunidas por temas, que muestran "lo inasible de todo el contenido de esta máquina".

Presentada en su cárcel , sobre una columna, Mackern afirma que de esta manera se le da al ordenador un sentido simbólico: un objeto cotidiano (una herramienta) que pasa a ser una "obra intocable, de museo".

PRODUCCION El artista uruguayo resume las líneas de producción del netart desde los años 90 hasta ahora: la exploración de interfaces (la conexión y relación entre programas de ordenador, los soportes físicos del ordenador y el usuario), los problemas y simulacros de su representación, los avatares y el tema de la identidad, el hacktivismo , las navegaciones alternativas, la redes...

¿No cree que la hiperproducción en internet sugiere fugacidad, una especie de sin valor. O, por el contrario un valor incuantificable? "Sí, creo que la sobresaturación nos lleva a una navegación "superficial" por decirlo de alguna manera, donde cada vez menos cosas sorprenden. Existen pocos anclajes en el discurso creativo, lo cual también superficializa el contexto. Esto no es tan así en otros países, donde la academia contextualiza y a la vez hace visibles, hace emerger las obras. Creo también que sucede en otros niveles, mas ´objetuales´, del arte.