Juan López es tipo anodino, cuya mayor gracia, si es que puede llamarse así, es saber cómo pasar inadvertido. Se podría decir que no es nadie si no fuera porque bajo su condición de hombre gris se esconden asombrosos superpoderes como la fuerza extrema, la hipervelocidad, la visión por rayos equis y la capacidad de volar (con el puño extendido haciendo los cuernos, eso sí). Porque Juan López es, en realidad, Superlópez, un superhéroe de gran potencial, pero tronado; un trasunto de Superman con bigotillo español y esquijama dos tallas grande, apasionado del fútbol y el café con leche con cruasán. El primer superhéroe cien por cien patrio.

Hace ahora 45 años que otro Juan López, más conocido como Jan, recibió el encargo de crear un personaje que sirviera de parodia a Superman. Ahí nació Superlópez, imaginado por el gran dibujante como un español medio de la época y convertido con el paso del tiempo en un personaje capital del cómic hecho aquí. Hoy, al fin, llega a los cines su esperada adaptación cinematográfica, producida por Zeta Cinema y Telecinco Cinema, y dirigida por el catalán Javier Ruiz Caldera, después de un largo y extenuante trabajo dada la complejidad técnica del proyecto.

Dani Rovira interpreta al gran superhéroe español, del que conoceremos sus orígenes en el planeta Chitón, desde el que sus padres le lanzan al cosmos en una sonda para salvarle de un malvado dictador. El bebé, bigotudo ya desde el nacer, viajará a la Tierra, pero un accidente desviará la sonda a España, donde será rescatado y criado por una pareja que vive en el campo, en un arranque del todo deudor, a modo de amable homenaje, del icónico Superman de Richard Donner.

En ningún tebeo de Jan se explicaba qué era de Superlópez desde su llegada a la Tierra hasta su edad adulta, cuando trabaja ya de discreto oficinista para su amigo Jaime y tiene como novia a Luisa Lanas. Así que los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José pusieron su empeño en rellenar esa gran elipsis a base de responder a las grandes preguntas de la vida secreta del héroe: el descubrimiento de los superpoderes, el buen (o mal) uso de ellos y la fabricación del traje-esquijama, entre otros detalles. Jan, hombre siempre discreto, prefirió abstenerse de participar en la película, aunque los responsables del filme aseguran que parece satisfecho con el resultado final.

El guión de Cobeaga y San José juega de forma hilarante con la aparente contradicción de juntar en un mismo sintagma los conceptos superhéroe y español, poniendo el foco en la condición mediocre, casi insignificante, de Superlópez tanto en su vida cotidiana como en sus momentos más heroicos. Su propio padre terráqueo le recomienda que oculte sus poderes y se camufle entre la masa, como si fuera un peligro tener un talento en España; como si la excelencia fuera un desperfecto a reparar. «El superpoder de Juan López es vivir una vida anodina cuando es un ser excepcional con un potencial enorme. Y eso pasa en la vida, porque vivimos en un país donde si eres diferente o destacas en algo, corres el peligro de que te acaben dando caña», asegura Rovira. «Así que, oye, si tienes un sueño o un talento, a por él», sentencia el actor, estupendo en su papel de héroe discreto y atribulado, dueño a mala gana de una batería de superpoderes que, seguramente, preferiría no tener.

ENTRETENIMIENTO ILIMITADO / Más allá de las lecturas sociológicas, Superlópez es un ejercicio de entretenimiento ilimitado, un saludable derroche de chispa y costumbrismo, de aventuras y romance, dotado del inconfundible sello de Ruiz Caldera, autor de Anacleto y Tres bodas de más (y del último anuncio de la Lotería de Navidad). El director catalán, ávido lector de cómics, ha podido dar forma al fin a un sueño que barruntaba desde hace tres lustros. El proyecto, con un presupuesto de 7,3 millones de euros, ha sido especialmente laborioso dada la enorme cantidad de efectos especiales, llevados a cabo por un equipo de la empresa El Ranchito. entre otras muchas cosas, la firma responsable de que vuelen los dragones de la khlaleesi en Juego de tronos. Palabras mayores.

REPARTO DE PRIMERA / Como palabras mayores son, también, el reparto con que Ruiz Caldera ha contado, clave en el resultado final, con un tridente en ataque formado por Rovira, Julián López como Jorge -el estomagante jefe- y la aragonesa Alexandra Jiménez como Luisa Lana -la altiva y descreída novia del héroe-. Y, por supuesto, Maribel Verdú, embutida en el traje de Agatha, villana procedente también del planeta Chitón, con la que Superlópez acabará manteniendo un duelo épico a lo Transformers, repleto de robots articulados, vuelos chiflados y trompazos.

Antes, claro, de un final con guiño inevitable que hace presumir que, si el público responde en taquilla, habrá una -o varias- continuaciones de las aventuras del superhéroe patrio del bigotillo y las mallas.