Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, declaró tras la reunión mantenida ayer con la plantilla en el Calderón que a partir de ahora intentará hablar lo menos posible para evitar escándalos como el de esta semana, en la que criticó a varios futbolistas y estuvo a punto de costar la dimisión de Luis Aragonés.

"Los futbolistas inmersos en la polémica (Santi Denia, Lluis Carreras y Jorge Otero) me han dicho que les he perjudicado, y les he dicho que era verdad, pero en mi ánimo no estaba hacerlo. No tiro piedras contra mi tejado. A partir de ahora voy a intentar hablar lo menos posible. No voy a criticar a mis jugadores nunca más. Este error lo he repetido durante estos quince años cuatro o cinco veces y no lo haré más", declaró Gil. "No soy un forofo, pero me fastidia que se pierdan contratos por caer derrotados en varios partidos seguidos", añadió.