CELTA 2: Cavallero, Angel, Cáceres, Berizzo, Sylvinho, Juanfran, Luccin, José Ignacio (Giovanella m.61), Gustavo López (Vagner m.75), Jesuli y Milosevic.

ATLETICO 2: Burgos, Gaspar, Lequi, Simeone, Sergi, De los Santos, Novo (Aguilera m.87), Rodrigo (Paunovic m.61), Ibagaza, Jorge (Musampa m.75) y Fernando Torres.

GOLES: 0-1. Min. 17: Simeone; 1-1. Min. 37: Luccin; 2-1. Min. 40: Milosevic; 2-2. Min. 82: Lequi.

ARBITRO: Téllez Sánchez (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a José Ignacio, De los Santos, Sylvinho, Simeone, Gaspar, G. López y Milosevic.

El Celta dispuso de ocasiones en la segunda mitad para haber sentenciado el partido ante un Atlético valiente que dejó jugar pero de nuevo la endeblez defensiva permitió a los colchoneros empatar en una acción sin demasiado peligro.

El conjunto de Gregorio Manzano fue vertical desde el principio. Con dos buenos creadores como Ariel Ibagaza y Jorge el balón llegaba con rapidez al área celeste con Fernando Torres siempre atento. El juego transcurrió con alternativas pero sin opciones. El sistema empleado por el Celta conllevaba escasez de efectivos en ataque.

EL PRIMER TANTO Reinaba la igualdad pero el Celta volvió a conceder una opción franca al rival en un córner, en el que incomprensiblemente quedó libre de marca el Cholo Simeone, que cabeceó el 0-1.

El francés Peter Luccin hizo el gol del empate tras un disparo de falta directa. El gol tranquilizó los ánimos locales y poco después el canario Angel luchó con fe un balón suelto en el medio del campo y cedió a Jesuli, para que éste sirviera con precisión al remate de Milosevic ante la extraña salida de Burgos. Tras el descanso, el Atlético salió con decisión a por el empate y con ello apareció el riesgo en su retaguardia. El hueco entre Burgos y la línea defensiva activó huecos para contraataques que los célticos no supieron aprovechar.

Lequi controló con dificultad un balón cerca de la línea de fondo de espaldas a la portería. El argentino intentó un sombrero, efectivo ante la pasividad de sus dos marcadores, y agarró una volea que sorprendió a Cavallero por alto.