GRECIA: Nikopolidis, Seitaridis, Kapsis, Dellas, Fysas, Zagorakis, Katsouranis, Basinas (Giannakopoulos, m.72), Karagounis, Vryzas (Tsartas, m.91) y Charisteas.

REPUBLICA CHECA: Cech, Grygera, Ujfalusi, Bolf, Jankulovski, Galasek, Poborsby, Rosicky, Nedved (Smicer, m.40), Baros y Koller.

GOL: 1-0, m.106+: Dellas.

ARBITRO: Pierluigi Collina (ITA). Mostró tarjeta a amarilla a los griegos Seitaridis, Charisteas y Karagounis, y a los checos Galasek, Smicer y Baros.

INCIDENCIAS: Fiesta final en la grada de los seguidores griegos.

Un gol de plata de Traianos Dellas clasificó, contra todo pronóstico, a Grecia para la final en la que, al igual que sucedió en el partido que sirvió para inaugurar el torneo, se encontrará a Portugal.

Perdonó la República Checa a su rival durante el partido y lo pagó en la prórroga, ya que, principalmente en la primer parte, los checos desperdiciaron numerosas ocasiones de gol. Ahora los griegos tratarán de consumar la sorpresa más grande de la historia del torneo ante un rival, Portugal, que buscará la revancha de la afrenta del primer día del torneo.

El partido empezó con el guión esperado. La República Checa decidida al ataque y Grecia a la expectativa pero con el orden del que ha hecho gala habitualmente durante la competición, aunque la voracidad ofensiva checa puso el miedo en el cuerpo a los griegos.

DOMINIO A un disparo al larguero de Tomas Rosicky a los tres minutos le siguió, poco después, una sobresaliente intervención del meta griego Antonio Nikopolidis a un duro disparo de Marek Jankulovski, que fue el auténtico azote para Grecia en el primer tiempo.

Tras calmar el ciclón inicial de los checos, Grecia se asentó en el terreno de juego e incluso se atrevió a acercase a los dominios de Petr Cech. En esta mejoría del conjunto heleno tuvo mucho que ver Georgios Karagounis, quien se hizo con el balón y calmó las arremetidas checas. La situación había cambiado y Grecia controlaba la situación.

Sin embargo, los latigazos ofensivos del equipo de Karel Bruckner obligaron a Nikopolidis a emplearse a fondo y, hasta en dos ocasiones más evitó que los checos abrieran el marcador en el primer tiempo.

En el tramo final de este periodo, la República Checa sufrió un contratiempo importante al perder por lesión a su buque insignia, el centrocampista Pavel Nedved. Una incidencia que podía afectar el ritmo de juego del centro del campo checo.

SEGUNDO TIEMPO El segundo periodo se abrió con la incógnita de cómo encajaría el equipo de Bruckner la ausencia de su jefe Nedved, aunque pronto quedó claro que el conjunto checo no perdió su espíritu y desde el inicio de este periodo se fue en busca de la portería griega.

Un agarrón de Traianos Dellas a Jan Koller en el área no fue considerado por Pierluigi Collina como penalti en la jugada más conflictiva del partido, poco después de que el propio Koller estuviese a punto de marcar pero el balón chocó contra su compañero Milan Baros.

Grecia aguantaba las acometidas de su rival y, cuando podía, buscaba su oportunidad para marcar. El partido entró en la fase que más le convenía al conjunto de Rehhagel, que buscaba un resquicio en la defensa rival para dar la sorpresa.

Las continuas interrupciones en el último cuarto de hora cortó el ritmo anterior del partido por completo, pero los checos recuperaron el pulso ofensivo que ha marcado su juego en el torneo y estuvo cerca de matar el partido. Tras una serie de paredes, el lanzamiento de Koller se fue fuera junto al poste por muy poco, al igual que le sucedió a Baros poco después.

PRORROGA Grecia también estuvo cerca de marcar, pero finalmente el partido llegó a una prórroga, que comenzó con varios sobresaltos para Cech, ya que Giannakopoulos, por dos veces, Charisteas y hasta el central Dellas tuvieron ocasiones de batirle. El equipo de Rehhagel parecía más entero en el tiempo suplementario y lo demostró.

Tanto lo intentaron los griegos que, al final, un certero cabezazo del central del Roma, Trainaos Dellas en el último minuto de la primera prórroga se convirtió en el gol de plata del partido y consumó la sorpresa al clasificar a Grecia a una final que nadie esperaba.

Se da la circunstancia de que en la final se enfrentarán los dos equipos clasificados para cuartos de final del grupo de España. El domingo, un Portugal-Grecia en el que los favoritos no volverán a ser los helenos, aunque después de la gesta de ayer --y las anteriores-- todo puede ocurrir. Esta Eurocopa, en fin, es la de las grandes sorpresas.