La estadounidense Serena Williams ha humillado de la forma más cruel posible a la rusa María Sharapova al derrotarla por 6-1 y 6-2, en 63 minutos, en una de las finales femeninas más cortas del Abierto de Australia.Rápida, contundente, expeditiva, en la línea del suizo Roger Federer y del chileno Fernando González --protagonistas de la final masculina de mañana--, Serena ha entusiasmado con su juego. De hecho luego ha comentado que se ha inspirado en las victorias de ellos en semifinales. "Yo también podía hacerlo", ha dicho. Serena ha triunfado por tercera vez en el Abierto de Australia, dejando al público con la miel en los labios, pues todos esperaban una lucha más dura por parte de María, que el lunes recuperará el puesto de número uno del mundo.Reina del tenis mundialPero la que ha jugado como una auténtica reina del tenis mundial ha sido Serena para lograr su octavo título del Grand Slam, el 27 de su carrera y el reconocimiento unánime de que ahora, ya en el puesto 14 del mundo, escala posiciones de acuerdo con su valía y a la caza de las mejores.Con el techo cerrado Serena ha sabido que la victoria podía ser suya apoyada en su mejor saque. Sharapova no sabía qué hacer para detener a su rival. Anclada en el fondo se ha parapetado como ha podido para contrarrestar la fuerza de Serena, que ha anotado siete aces para acabar con 64 totales, como líder indiscutible en estas dos semanas. No ha cejado en su empeño Maria pero no ha encontrado la forma, e incluso su derrota ha podido ser peor y convertirse en más dura todavía que la que la alemana Steffi Graf infligió a la española Arantxa Sánchez Vicario en la final de 1994 (6-0 y 6-2).Alabanzas de la perdedoraPor segundo año consecutivo, no ha habio color en la final femenina. En 2006, la francesa Amelie Mauresmo ganó el título al vencer a la belga Justine Henin-Hardenne, ausente este año tras su separación matrimonial, por 6-1, 2-0 y abandonó, debido a problemas estomacales, disparando todas las conjeturas sobre las verdaderas razones de su adiós en ese partido. No ha habido esas dudas en la victoria de Serena, que se ha tumbado a lo largo en la pista tras lograr el último punto con un revés a mitad de la pista espectacular. Luego ha saltado de alegría, ha bailado de júbilo y ha repartido besos por doquier."No puedo decir mucho hoy, mucha gente pensaba que no serías capaz de llegar a la final, pero no hay que subestimarte", ha dicho Maria a Serena. "Eres una campeona increíble, sabía de lo que eras capaz y lo has demostrado hoy y muchas veces antes", ha afirmado en la entrega de trofeos, recordando cómo un día, cuando jugaba el torneo júnior en las pistas exteriores soñó que disputaría la final en la Rod Laver Arena. "Quiero jugar contra ti más veces y ganar algunas. Eso espero".Dedicado a su hermana asesinadaCon el mismo traje verde de las dos semanas, y llorando, Serena ha dedicado el título a su hermana mayor Yetunde Price, asesinada el 13 de septiembre del 2003 en Compton, un suburbio de Los Ángeles, por disparos por un individuo en un incidente de tráfico. "Te quiero mucho Yetunde", ha dicho. Su discurso ha sido casi más largo que su actuación sobre la pista. Ha dado las gracias a toda su familia, especialmente a su madre Oracene, y a su entorno, por recomendarle que no abandonara jamás. "Mamá, ya sabes cómo soy", ha dicho."Ella tiene muchos años por delante, más que yo", ha dicho Serena sobre María. "Es una gran luchadora y siempre pelea hasta el último punto, como a mí me gusta".La número 81 gana a la número 1Con 5-0 abajo, Sharapova ha rematado una bola en la red al cuerpo de Serena. Así desataba la furia contenida en esos inicios del encuentro en los que se sentía indefensa e intimidada. La campeona del US Open ha fallado con su saque, una de sus mejores armas, y ha cometido seis dobles faltas para cederlo cuatro veces.Situada en el puesto 81 del mundo, Serena se ha convertido en la segunda jugadora que se corona campeona de este Abierto, sin ser cabeza de serie (Chris O'Neil en 1978) y la séptima que gana tres veces este título.