Cáceres, entre el basket promesa y la nostalgia

Alrededor de mil deportistas, entre jugadores y técnicos y una cantidad "muy difícil de medir", según el presidente de la Federación Extremeña de Baloncesto, Jesús Luis Blanco, todos pendientes de un deporte: el baloncesto.Por segundo año consecutivo, Cáceres es un hervidero baloncestístico con la celebración del Campeonato de España Cadete e Infantil de selecciones. "Para que la gente se pueda hacer una buena idea, ahora mismo hay en el pabellón más gente de Cantabria que de Extremadura". Jugaban las cadetes femeninas de las dos autonomías en el pabellón Serrano Macayo en medio de una expectación notable. Y eso que era el primer día.La ciudad presenta un aspecto parecido al de los grandes congresos y citas que ha acogido a lo largo de los últimos años. Los autobuses copan los alrededores de los hoteles y la organización, con la propia territorial y la Consejería de los Jóvenes y del Deporte en misiones importantes, se afana por que todo salga bien: será complicado, ya que es una semana de competición. La experiencia es un grado, da a entender claramente el propio Blanco. "Este año quizá es menos complicado, porque ya sabemos lo que pasó el pasado año y estamos más asentados".Los detalles no faltan: en los pabellones hay pantallas con todo tipo de imágenes e información para corroborar que el espectáculo del baloncesto de base se abre paso.Para los nostálgicos del deporte local se podrán ver imágenes de exjugadores con sus niños. Especialmente emotivo será para muchos ver a dos héroes de aquel inolvidable 10 de mayo de 1992, en el que el Cáceres logró el ascenso a la Liga ACB. Y es que el pívot Felipe García tiene a su hijo en la selección melillense (¿será tan tremendo