El estado del terreno del Tsentralni, el frío reinante en Kazán y la calidad del rival, que se convirtió en el primer equipo en ganar al Barça esta temporada y además lo consiguió en el Camp Nou, serán tres de los inconvenientes con los que se encontrará hoy el equipo de Pep Guardiola ante el Rubin, pero no los únicos.

El partido es importante para la suerte de un grupo que está mucho más igualado de lo que se podía prever tras el sorteo. Ultimada la mitad de la competición, tres equipos (Barça, Dinamo de Kiev y Rubín Kazan) comparten el liderato con cuatro puntos; el Inter de Milán es último con tres.

Pero además, el calendario es complicado. El Barça debe jugar dos de los tres partidos que le quedan lejos de casa, el último en Kiev, seguramente también en unas difíciles condiciones climatológicas.

Por una vez Guardiola dispone de la práctica totalidad de su plantilla para afrontar el partido. Sólo Chigrinskiy, no inscrito en la competición, y el lesionado Gaby Milito, lesionado de larga duración, están de baja.

Así, la sorpresa en la expedición ha sido Dani Alves, que se ha recuperado mucho antes de la lesión muscular sufrida. El brasileño, lesionado en el partido de ida, se ha perdido los encuentros ante el Zaragoza, Cultural Leonesa y Osasuna, pero se desconoce si su estado físico le permitirá estar al máximo nivel.

La alineación está en función de la presencia de Alves. Si juega el brasileño, Puyol jugará con Piqué en el eje defensivo; si no juega Alves, Puyol será el lateral derecho y el cuestionado Márquez jugaría de central.

Después del 1-2 de Barcelona, el Rubin continúa con la moral por las nubes, aunque con los pies en el suelo ante la evidente superioridad técnica de los azulgranas. Apenas variará la estrategia que tan buen resultado le dio en el Camp Nou.