Ni un insulto, ni un mal gesto en todo el torneo. Serena Williams levantó por quinta vez el trofeo como campeona de Australia, con la felicidad de haber superado la última prueba al vencer en la final a la belga Justine Henin por 6-4, 3-6 y 6-2. Nada que ver a como se marchó de la pista cinco meses atrás en el Abierto de Estados Unidos cuando fue expulsada de las semifinales por insultar a una jueza de línea que le señaló una falta de pie en el partido ante Kim Clijsters.

"Si yo pudiera te metería esta pelota por la garganta hasta ahogarte", amenazó entonces Serena Williams por la decisión de la jueza que le supuso un match ball en contra que ya no jugó. La tenista, que defendía el título, negó haber dicho esas palabras, que captó una cámara de televisión, y fue multada y obligada a pedir públicamente disculpas por su comportamiento. Posteriormente el comité de disciplina de los Grand Slams le puso una sanción de 175.000 dólares y una amenaza de dos años de expulsión del circuito si volvía a comportarse así.

Es su quinto título en Australia y el duodécimo Grand Slam, igualando a su compatriota Billie Jean King. "Es fabuloso y un honor haber igualado su récord. Ella ha sido mi mentora y mi capitana de Copa Federación. Juntas hemos pasado grandes momentos", recordaba. Una aparatoso vendaje cubría su muslo derecho y llevaba dos más en los tobillos, otro bajo la rodilla derecha y otro en la muñeca derecha, además de tener molestias en los dedos de los pies. Pero en la pista se olvidó de todo. Aguantó el acoso de la exnúmero uno belga y venció.