77 millones de déficit

Casi 8 decenas de millones. En concreto, 77,1 millones de pérdidas. Esa es la cifra del déficit real que registró el ejercicio económico del Barcelona de la pasada temporada, la última de Joan Laporta, después de la revisión de las cuentas que ha efectuado una empresa auditora. Los 11,1 millones de beneficios son, en verdad, 77,1 millones en número rojos que afean, económicamente hablando, la gestión del anterior presidente azulgrana.

Los resultados de la auditoría que presentó ayer Javier Faus, vicepresidente económico de Sandro Rosell, dibujan una situación financiera del Barça muy distinta de la que presentó el extesorero Xavier Sala Martín. Faus, auditoría en mano, expuso las estratagemas urdidas por sus predecesores para despedirse con un beneficio económico ficticio. "No me pillaréis con ningún adjetivo, no haré juicios de valor", avanzó Faus cuando se le requirió para que definiera el proceder de Sala Martín y Joan Oliver, el director general, al exponer el balance el 30 de junio.

¿ACCION JUDICIAL? Faus se mordió la lengua cuando escuchó términos como "trampas", "falsedad", "ilegalidad", "manipulación" o "delito". Solo les reprochó la falta de prudencia exigible en contabilidad y un exceso de agresividad. "Maquillaje es el término que más se le acerca, porque las cuentas no reflejan la situación real del club", concedió el vicepresidente azulgrana, que no descartó iniciar una acción judicial contra los anteriores gestores a cargo de los 46,5 millones de déficit de los resultados de explotación de los últimos siete años. "Tenemos que discutirlo en la directiva y, en cualquier caso, lo decidirían los socios en la asamblea de compromisarios", dijo.

La empresa Deloitte esgrime nueve salvedades en el análisis de las cuentas de Laporta, elaboradas por Sala Martín, que cambian radicalmente la percepción de la buena (y correcta) gestión de la anterior directiva. Un ejemplo: los 12 millones que debían percibirse en los próximos tres años (cuatro anuales) de Mediapro y que se han colocado como ingresos esta temporada. Los beneficios disminuyen (de 445,5 a 408,9) y los gastos aumentan (de 428,7 a 477,9 millones).

PROBLEMA ESTRUCTURAL Maniobras de este tipo han servido para que Laporta se despidiera con un último ejercicio económico que, además, eximía de responsabilidad a los directivos, que no habían presentado un aval. El expresidente asumió un déficit en los primeros siete días de mandato en el 2003, que contabilizaron como un año, y se ha despedido con pérdidas. "Hay un problema estructural que el Barça no ha sabido reconducir", explicó Faus. Ese problema se cuantifica en los 552 millones de deuda bruta.