Cáceres ha adquirido últimamente dos edificios nuevos y espigados, uno de cada género. Son Sergio Olmos, de 2,13 metros de estatura, y Alejandra de la Fuente, de 1,93. Ambos pueden presumir de estar en la élite de los gigantes españoles del baloncesto. Muy pocos les superan entre los jugadores nacionales en activo: los NBA Pau y Marc Gasol y Nacho Romero (Melilla) en el caso del pívot del Cáceres Patrimonio de la Humanidad y Leyre Carrascosa (Valladolid) y Lucila Pascua (Avenida) en el de la center del Femenino. Este periódico les reunió ayer para que contasen lo bien que les va en la ciudad que divisan desde lo alto.

Se conocían, pero poco. Esta temporada sus dos equipos no comparten pabellón. "Habíamos coincidido en el Mercadona", cuenta con su perenne sonrisa Alejandra.

Ambos tienen en común más aspectos aparte de su descomunal envergadura. Al padre y al hermano de la jugadora, Félix y Sergio de la Fuente, los entrenó Gustavo Aranzana en el León y la selección española junior, respectivamente. El técnico fue quien apostó por Olmos, a quien considera fundamental.

Y, sobre todo, sobre ambos ha habido siempre muchas expectativas debido a su tamaño. No siempre se han cumplido, pero ahora empiezan a ser felices jugando en el Multiusos y el Serrano Macayo. Extremadura puede marcar un antes y un después en unas trayectorias marcadas, hasta ahora, por la exigencia de que aprovechen sus centímetros para dominar.

"¿Para qué iba a seguir en la Liga Femenina si era la 'sparring' de la americana?", se pregunta De la Fuente, internacional en categorías inferiores. "No creo que sea bueno mirar mucho a largo plazo cuando nunca sabes dónde vas a jugar el año que viene", destaca.

"Cuando llegué aquí sabía que teníamos un buen equipo, aunque nadie daba nada por nosotras al principio. Pero hemos ido ganando y ganando y ahí estamos", destaca la pívot, cuyo club solo ha perdido tres partidos en la Liga Femenina 2, aunque aún debe amarrar su presencia en la fase de ascenso. Olmos, que llegó de la mano de Francis Sánchez, es también la imagen de la reciente mejoría del Cáceres Patrimonio. "He encajado muy bien en las características del equipo. Aporto cosas que quizás faltaban. Era mi mejor opción", relata. Su valoración de 9,1 en 14 minutos de juego (6,3 puntos, 3,1 rebotes y 1,1 tapones) es la más alta en sus tres años en la LEB Oro.

De un lado a otro

Cada uno busca su lugar en el mundo del baloncesto. "En estas categorías es muy común cambiar cada año de equipo", justifica Olmos (25 años), que, desde que regresó de Estados Unidos, donde estudió en la universidad de Temple, ha pasado por La Palma, Palencia y unos meses en Valencia, donde ayudó en los entrenamientos en la Liga Endesa. Pese a estar convencido de que merecía una oportunidad, no llegó a debutar en competición oficial. "Aquí estoy muy a gusto, tanto en lo personal como en lo deportivo", resume.

El recorrido de De la Fuente, a los 23 años, ha sido incluso más heterogéneo: Zaragoza, La Seu d'Urgell --ambos en Liga Femenina--, Guadalajara, Santiago de Compostela y Huelva. En el conjunto de Jacinto Carbajal asegura 5,8 puntos y 6,3 rebotes en 17 minutos en pista.

Ambición, desde luego, les sobra. "Encajar en un sitio es importante. Para mí, estar bien a nivel psicológico es clave para rendir en el campo. Aquí me han sabido cuidar. Ahora estoy bien. Me gustaría jugar algo más, como todas, pero lo importante es el equipo", añade Alejandra, nacida en Vitoria cuando su padre jugaba en el Tau. Pero creció en Valladolid.

"Aquí me han pedido rebote e intimidación, acabar duro las opciones que tenga en ataque. Creo que estoy cumpliendo, pero puedo dar más", agrega el alicantino Olmos, contento con su papel de iniciar los partidos como titular, a modo de desgaste del '5' rival antes de que salga Leon Williams.

En positivo

¿Y el objetivo colectivo? No falta tampoco el optimismo. "Quiero estar en una fase de ascenso, desde que pasé a jugar en la Liga Femenina 2 lo estoy buscando", destaca ella. "Vamos a jugar el playoff . El calendario creo que lo tenemos bien, sobre todo por la confianza con la que estamos últimamente", augura él. Ambos coinciden en que el buen rollo es lo que manda en los respectivos vestuarios: "Nosotras hacemos piña y hemos estado juntas siempre, a pesar de que hemos pasado dificultades"; "entre nosotros hay mucho bromista, pero cuando hay que trabajar, se trabaja. Todo el mundo está aportando lo suyo".

Son chicos tranquilos. Se divierten en la sesión de fotos en la que uno marca a otro y posan debajo de la canasta. Y lo mejor es que ninguno de los dos le ha dado la espalda a los estudios. De la Fuente va avanzando paso a paso en Comunicación Audiovisual ("es importante formarte de cara al futuro cuando estás en estas categorías"). Y Olmos es un cocazo : se licenció en Matemáticas en Temple y ahora va a empezar Economía, a distancia en una universidad británica.