Las lágrimas de 'Ele'

No hay fotografías de la escena, pero la reveló el propio entrenador del Al-Qazeres, Jacinto Carbajal, el pasado sábado después de terminar la temporada con una nueva derrota (54-62 ante el Cadí la Seu). Se le preguntó por la titularidad que había otorgado a la joven canterana Elena Corrales, que permaneció 15 minutos en pista y fue una de las destacadas. Después de responder que había sido "un premio", aseguró que se trataba de "la jugadora que más había sentido el descenso".

"Ha sido la única que ha roto a llorar en el vestuario, tanto en Girona --el miércoles anterior, cuando se certificó el descenso matemático-- como aquí", indicó.

Carbajal no fue tan lejos respecto al resto de sus compañeras como su presidente, Alberto Montes, que minutos después calificó que "poco profesional" el comportamiento de algunas de ellas. Pero sí dejó claro que Corrales había sido la más implicada en el grupo. "Ha sido una sufridora. Ha sido la que más ha entrenado", agregó. Y es que, como comentó el técnico, la chica está en el club desde su fundación, en el 2007, cuando era una niña que el propio Carbajal captó cuando jugaba en el Colegio Público Cervantes.

Parte del futuro

"Tenemos base para Liga Femenina 2", apostilló. Su presencia es una de las pocas seguras para la plantilla 2015-16, que, salvo sorpresa, se desarrollará en la segunda categoría. Al club no le gusta la idea de quedarse por posibles renuncias, aunque no lo descarta al cien por cien.

Montes, pese a su marcha de la presidencia el 30 de junio, anunció un proyecto ganador. "Estaremos en la fase de ascenso a Liga Femenina la próxima temporada", llegó a decir.

El Al-Qazeres está seguro de que mantendrá un buen apoyo institucional. De hecho, el aún presidente expresó un "profundo agradecimiento" a Antonio Pedrera, director general de Deportes, y al concejal Pedro Muriel. "Sin ellos, esto hubiera sido imposible", aseguró. El propio Muriel acompañó a la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, al vestuario local tras la derrota ante el Cadí la Seu para animar a las jugadoras y despedirlas. En una esquina, otra Elena, de apellido Corrales, se secaba las lágrimas.