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FÚTBOL 3 las semifinales de la liga de campeones

Keylor, Benzema y el gen ganador

El Madrid, que se ha acostumbrado a sufrir, reeditará final ante el Liverpool 37 años después

Keylor, Benzema y el gen ganador

Madrid y Liverpool volverán a verse las caras en una final de la máxima competición continental. Solo lo han hecho una vez, en la temporada 1980-1981, cuando salió victorioso el conjunto inglés en París por la mínima (1-0). Al duelo de Kiev del 26 de mayo llega con paso más firme el equipo de Jürgen Klopp, que superó con solvencia a la Roma (5-2 en la ida en la ciudad inglesa, 4-2 ayer). Más apuros ha vivido el conjunto blanco, que superó en el último segundo el duelo de cuartos ante la Juventus y sufrió hasta el último suspiro en semifinales contra el Bayern. Tiró el equipo de Zinedine Zidane de su gen ganador, de las paradas de Keylor Navas y los goles de Benzema.

La Liga de Campeones es la competición del Madrid, donde muestra un instinto de supervivencia que le hace salir indemne de cualquier situación que se le presente en un partido, por dura que sea. Tuvo menos fútbol que el Bayern en la eliminatoria de semifinales, pero el pase a la final es suyo tras aprender a ganar desde el sufrimiento.

Lo superó en Múnich para conquistar nuevamente el Allianz con una lección de eficacia y pundonor; y se repitió en el Bernabéu donde estuvo lejos de firmar un buen partido en cuanto al juego y se agarró al coraje, la entrega máxima y el sacrificio para mantenerse en pie ante las oleadas ofensivas del conjunto alemán. Hasta 20 remates dieron forma a un asedio del que el equipo de Zidane salió indemne.

En la peor de sus temporadas de blanco, Karim resucitó de nuevo. Volvió a ser decisivo repitiendo el papel que ejerció hace un año en el Vicente Calderón con una jugada que jamás olvidará el madridismo, dejando sentado a tres rivales pegado a banda.

Su actitud y la entrega fue diferente ante el Bayern, precisamente la que le exige el público del Bernabéu que ya se había cansado de su falta de competitividad. Además, lo acompañó con una pegada que no había mostrado en todo el curso, con un doblete que sostuvo al Real Madrid.

El desquite de Keylor / Necesitaba un partido estelar el portero costarricense, marcado por dos errores recientes en el tercer tanto del Juventus en el Bernabéu y el primer gol de la semifinal encajado en el Allian Arena.

Y Keylor Navas dejó un recital para silenciar de nuevo todo tipo de rumores sobre la necesidad de un portero en el Madrid para la próxima temporada. Realizó hasta ocho intervenciones, para instalar la desesperación en el Bayern, tres de ellas de esas paradas salvadoras con manos firmes y rápidos reflejos que le convirtieron en héroe.

Se ha acostumbrado a lo que significa estar en el Madrid, a sobreponerse con carácter y mentalidad ganadora al error y la crítica constante, a aislarse de los nombres de grandes porteros que día tras día suenan como futuribles para complicarle la competencia. Zidane frenó el fichaje de Kepa y dio una confianza al tico que le devolvió sobre el césped en el momento en que toda la temporada estaba en juego.

Nadie es capaz de cortar la racha de Zidane en eliminatorias en Liga de Campeones. Las ha ganado todas desde que se hizo con los mandos del Madrid, nueve de nueve más dos finales conquistadas. Técnico de récord en Champions, que para llegar a Kiev ha dejado en el camino a los líderes de la liga francesa, italiana y alemana.

Para aspirar a la decimotercera Copa de Europa ha tenido que tomar decisiones importantes y difíciles, como convertir en suplente habitual a una estrella como Bale, mandar al banquillo a un indiscutible como Benzema y premiar a jugadores que cambiaron la temporada de su equipo como Marco Asensio y Lucas Vázquez. No le importaron los nombres y la meritocracia le dio premio.

Ante el Bayern inventó y pudo costarle caro. Sentó a Casemiro y su equipo se partió, dejando espacios entre los medios y los centrales que explotó su rival. Apostó por Lucas Vázquez como lateral antes de forzar el regreso de un Nacho sin ritmo de competición. Hizo correr a Modric detrás de Ribery y perdió su aportación en la construcción. Sufrió como nunca, pero una vez más acabó saliendo ganador.

En un grandioso duelo futbolístico los fallos no fueron de menor tamaño. En el Bernabéu, nada más arrancar, Sergio Ramos dejó un balón muerto con un mal despeje que costó el primer tanto, pero el Bayern fue víctima de sus propios errores en los dos goles encajados: Alaba perdió la marca en el primero y el segundo fue el gol más absurdo de la presente edición de la Liga de Campeones con cesión comprometida al portero y resbalón. El factor fortuna cayó de lado madridista. Fortuna también cuando el árbitro no vio la mano en el área de Marcelo, que reconoció que esa acción era penalti.

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