Torremejía, cuna de conquistadores

El mismo año que Pedro José Lorenzo Galán daba sus primeros pelotazos con el CF Extremadura en Tercera División, muy cerca de su vivienda habitual de Torremejía, nacía un pequeñín de nombre Luis Alfonso que por casualidades de la vida estaría decidido a reescribir la historia del que fuera un mito del fútbol en Almendralejo. 22 años le separan en el carnet de identidad, pero la historia de ambos empieza a ser calcada en el mismo libro de leyenda, el del Extremadura.

Torremejía lo ha vuelto a hacer. Ha dado de nuevo al equipo vecino de Almendralejo un capitán repleto de garra, coraje,pundonor, pasión y lealtad por una camiseta que siente con corazón. Un futbolista de esos que todos los entrenadores quieren tener en su equipo. Y los dos, sin que el destino les otorgara un talento de excelsa calidad, han logrado a base de trabajo, fe y sacrificio derribar el fútbol aficionado y entrar en el fútbol profesional.

«Willy es un monstruo. Es pura sangre y pasión. Yo claro que me veo reflejado en él porque somos dos jugadores que en el campo lo dejábamos todo», ha repetido en varias ocasiones el que fuera gran capitán del histórico CF Extremadura. Willy, que ayer volvió a escribirle a sus aficionados para agradecerles tanto cariño, también ha visto en Pedro José el espejo donde mirarse cada mañana, aunque confiesa que nunca hubiera soñado con llegar tan lejos.

Pedro José ha tenido la fortuna de vivir los dos ascensos en primera persona. El del año 1994 siendo el capitán del equipo que lograría ser de plata ante el Langreo. El actual, siendo el segundo técnico de Juan Sabas. «Ahora todavía hay más repercusión y parece un logro mayor, aunque es cierto que aquellos maravillosos años fueron indescriptibles».

Willy añora jugar en Segunda División la próxima temporada. Es su sueño y todo apunta a que se convertirá en realidad, pues desde el club tienen claro que la continuidad del capitán está asegurada. El año pasado firmó por tres temporadas.

Resulta realmente curioso que una población de apenas un censo de 2.200 habitantes haya dado a dos de los futbolistas más legendarios de todo el balompié extremeño. «A mí todavía me queda mucho por demostrar», decía Willy cuando le comparaban con Pedro José. Pero la historia estaba empeñada en repetirse.