No es ningún secreto que el Cholo Simeone es un referente para Manuel Mosquera. En varias ocasiones se ha declarado admirador del técnico argentino del Atlético de Madrid. Le gusta su filosofía, el ‘partido a partido', el ver sólo soluciones a los problemas. Pero quizá es ahora, en este momento de su etapa en Almendralejo, cuando el técnico del Extremadura está sacando su versión más ‘cholista’ para sobrevivir a las circunstancias adversas.

El Extremadura de Manuel está corto en efectivos. En posiciones. Y, por consiguiente, en energías en el tramo final de los partidos. Pero compitiendo es una barbaridad de equipo. «El vaso está a rebosar. Nos cuesta mantenerlo en equilibrio. Nos han vuelto a faltar energías al final, pero hemos sabido juntarnos muy bien y competir. El equipo está de maravilla. Da gusto verles jugar. Da gusto entrenar a estos jugadores. Creo que se ve en el campo que somos una piña de equipo y, lo que más me gusta, es que nuestra gente se reconoce en este equipo». 

Estamos viendo la versión con más alma del Extremadura en los últimos años. Quizá, la que más nos recuerde a las hazañas de aquel glorioso CF Extremadura. El club ha dejado de presumir de billetera para tirar del orgullo histórico que tiene. De eso, y de una afición que es su mayor tesoro. «De ellos ya no podemos decir nada más», puntualiza Manuel.

Cada partido es un rompecabezas para el técnico gallego, que cruza los dedos para que nadie estornude ni se le lesione. Ante el Castilla, volvió a realizar sólo tres cambios. Uno fue obligado por los problemas físicos de Nico Hidalgo. Y los otros dos en el descuento, para matar el partido.

El equipo está en el alambre. Casto ha jugado media segunda fase con una rotura fibrilar en el muslo izquierdo. Saúl está forzando tras fracturarse las costillas. Nico Hidalgo va al límite de sus condiciones físicas. Fran Cruz duerme entre algodones durante la semana para ser un león cada domingo. Rubén Mesa también ha forzado con vendajes para poder jugar. Y luego están los chicos del filial, que alternan partidos con el Tercera y el primer equipo para darle oxígeno a Manuel, no sólo en los partidos, sino también en los entrenamientos. 

Ahora el problema lo tiene Enmanuel, que sigue doliéndose de un golpe sufrido ante el Dux Internacional y es duda para el partido del domingo ante el Sanse.

«El equipo ya tiene el objetivo conseguido, pero ahora que estamos aquí no vamos a parar», avisa Manuel Mosquera, que confía ciegamente en el Extremadura.

Los azulgranas dependen de sí mismo para meterse entre los 16 mejores. Si ganan sus dos partidos se colarán en las eliminatorias por ascender y, posiblemente, con el Francisco de la Hera como sede. Y luego, todo puede pasar con el Extremadura.