0 - Montijo: Sergio Tienza, Chechu, Javi Chino, Gianoli, Gideón, Eric, Julio Rodao, Matute (Samu Manchón, min. 74), José Ángel, Gattas, Espinar (Joel, min. 7; Juanpe, min 87).

0 - Cacereño: Bernabé, Espinosa, Rubén Sánchez, Marvin, Gallardo, Bermu, Gustavo (Rubén Carrasco, min. 74), Caramelo (Teto, min. 46), Jorge Barba (Platero, min. 87), Carlos Andújar (Ocaña, min. 70), Capelo (Fassani, min. 74).

Árbitro: Luis Miguel Fuentes Pérez. Expulsó al local José Ángel con roja directa en el 85 y amonestó A Gideón y a los visitantes Gustavo, Raúl Espinosa y Rubén Carrasco.

Incidencias: Partido de la penúltima jornada del grupo de ascenso de Tercera disputado en el estadio Municipal Emilio Macarro. Se vendieron todas las localidades.

Montijo y Cacereño firmaron un pacto de no agresión. Empataron sin goles (0-0) y lo dejan todo para el jueves, cuando uno s se enfrentan al Diocesano y los otros al Coria, dos encuentros en los que tanto montijanos como cacereños dependen de sí mismos para subir a la Segunda RFEF. También los celestes.

No fue un partido vistoso el del Emilio Macarro, pero sí emocionante. La grada, llena, ayudó a crear ese ambiente de noche grande. Pero, en el verde el fútbol de toque brilló por su ausencia. No era un partido para correr riesgos, pudieron pensar. Tampoco para florituras. En un campo de césped artificial y de reducidas dimensiones se suele jugar a otra cosa. Marrero lo sabía bien, estaba en casa. Cobos también lo vio de inicio, dejando a algunos de sus jugones en el banquillo. Pero sobre el terreno de juego estaban otros, como Jorge Barba, que fabricó la mejor ocasión del Cacereño en el partido, y casi la única, cuando antes del cuarto de hora puso el balón en el corazón del área, donde Marvin remató de cabeza y Tienza se lució enviando a córner.

Antes, el Montijo había perdido a su referencia ofensiva, Espinar, que se marchó lesionado y con gestos de rabia por no poder ayudar a sus compañeros. 

El juego de contacto lo dominaba el Montijo. Se mueve bien en ese terreno, anulando además el centro del campo del rival. Cada córner, cada jugada a balón parado, era una ocasión de peligro. Y su presión alta dificultaba al Cacereño la salida del balón. Pero cuando los verdes eran capaces de conectar cuatro pases seguidos, todo cambiaba. Los locales reculaban, defendían su portería, pero salían a la contra rápidamente. En un par de ocasiones lo hicieron levantando a la grada, totalmente llena.

Reclamaron los locales penalti un par de veces, ninguna lo fue. Y su ocasión más peligrosa en el primer acto fue un disparo de Gattas que se fue lamiendo el larguero.

Se aceleró el juego a la vuelta de los vestuarios. El Cacereño quería jugar más en el campo del Montijo. El Montijo quería, y lo conseguía, llevar más peligro a la portería de Bernabé. Suyas fueron las ocasiones del segundo tiempo, aunque lo más peligroso fue un balón que el portero del CPC no consiguió despejar y en el barullo en el área pequeña un defensa metió la pierna y despejó.

El partido se fue apagando sin que los porteros tuvieran que intervenir demasiado. Y a pesar de que el físico podía ser un problema, sobre todo para los verdes, aguantaron bien hasta el final. Los cinco últimos minutos los jugó el Montijo con uno menos por la expulsión de José Ángel, pero no pasó nada. Lo dejan todo para el jueves, cuando todo se decide en Cáceres.

Dos aficionados del Cacereño brindan en el Príncipe Felipe. SILVIA SF

Pasión sin final en el Príncipe Felipe

El otro partido se estaba viviendo con verdadera pasión en el Príncipe Felipe. Allí también había mucha gente, aunque toda ella sentada en las mesas de las terrazas viviendo con pasión el partido de la temporada en el estadio del CPC. Los aficionados que no estuvieron en Montijo y que podían desplazarse al vetusto recinto del Cacereño estuvieron viendo el choque en la pantalla gigante instalada al efecto, eso sí, no sin ciertas dificultades por los cortes que se produjeron por la emisión de la televisión por streaming gestionada por el club montijano.

Con las manos en la cabeza se quedaron con el cabezazo de Marvin, en el minuto 13, y la sensacional parada del meta local, Sergio Tienza. La pantalla se había ido minutos antes, como sucedería en la segunda pare.

Ninguno quería que el partido del jueves ante el Coria tuviera trascendencia para el decano, por lo que desde el Príncipe Felipe y en el Emilio Macarro todas las fuerzas eran pocas para que se diera el resultado soñado.

A más de 100 kilómetros, en el recinto montijano del Emilio Macarro, en un fondo, se concentraron los hinchas verdes en un estadio lleno hasta los topes, con quejas sobre la falta de espacio entre los aficionados.

En el segundo tiempo, varios sobresaltos por las ocasiones locales, algún que otro ‘uy’ con alguna internada verde y decepción final con el resultado que no hubiera antecedido a la euforia.. En ese espacio esperan, de todas maneras, celebrar el triunfo y el ascenso el próximo jueves, tras el partido ante el Coria.