El Periódico Extremadura

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BALONCESTO. LEB ORO

El Cáceres busca en Lleida el 1-1 para hacerse luego fuerte en casa

El técnico local dice que los extremeños «juegan al límite» y que buscan descentrar a Carrera

Salto inicial entre Badji y Mbala. POL PUERTAS

Perder no sería definitivo, pero sí pondría muy cuesta arriba el ‘playoff’ de acceso a la final a cuatro para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, que este domingo vuelve a visitar al Força Lleida (20.30 horas). El segundo partido de la serie viene inevitablemente marcado por lo que sucedió en el primero, cuando los catalanes se despegaron al final para acabar venciendo por 87-79. Muy pocas veces desde que en baloncesto los 40 minutos se dividen en cuatro cuartos el resultado al final de los tres primeros ha sido empate.

No se puede negar la evidencia. El escenario de cara al partido del próximo viernes en el Multiusos sería radicalmente distinto en caso de 2-0 o 1-1, incluyendo la venta de entradas. Forzar la igualada sería lo ideal para un Cáceres que se sentiría con fuerzas para sentenciar en casa, al abrigo de su público. Volverse huérfanos de victoria situaría a los verdinegros sin margen de error.

El pulso empieza a coger mucha temperatura, como es casi obligatorio en un ‘playoff’. El partido del viernes se enturbió, con la señalización total de 56 personales (31 al Cáceres). A Gerard Encuentra, técnico del Força Lleida, le preguntaron si creía que los visitantes buscaban descentrar a Michael Carrera, la gran estrella de su equipo. Y él desde luego no lo negó: «Sabíamos que son un equipo que juega al límite de la falta. Es un equipo muy duro. Tenemos que ser inteligentes. No podemos entrar en ese juego. Una de las claves es jugar duro sobre Michael, a ver si le descentran. Lo sabíamos y habíamos hablado con él. El domingo será así otra vez. Es su ADN».

¿Es el Cáceres un equipo demasiado bronco? El debate ha surgido en varias ocasiones esta temporada para incomodidad de su entrenador, Roberto Blanco, que utilizó la palabra «duro» para definir el partido del viernes. «Nadie esperaba menos», señaló el placentino, que elogió el ambiente que se generó en Barris Nord y restó importancia a «que te digan algo de vez en cuando».

Una vez más, respecto a la etiqueta de rayar la violencia que arrastra su equipo, indicó que «se genera más ola de lo que es. Mi equipo juega como tiene que jugar, aprieta cuando tiene que apretar. Ha habido muchos contactos de uno y otro lado. Somos un equipo noble, aunque a veces salte la chispa, salten los nervios. Son los ‘playoffs’».

No tuvo inconveniente en calificar a su rival como «justo vencedor», coincidiendo con Encuentra en que el punto de inflexión se produjo con un lejano enceste de Thomas Schreiner al límite de la posesión cuando restaban apenas 3:03 y los locales ganaban por dos puntos (75-73). Jaume Lobo acababa de fallar en el otro aro. «Lo que tiene el baloncesto es que hay que defender 24 segundos y no 22. El triple de Schreiner ha sido un momento puntual importantísimo para nosotros porque estábamos anímicamente bien. Eso nos ha hecho precipitarnos, intentar resolver muy rápido», explicó.

Blanco y sus ayudantes analizaron hasta altas horas de la madrugada del viernes lo sucedido, buscando las claves para empatar la eliminatoria. Entre ellas está no permitir tantos rebotes ofensivos como en la primera parte y circular mejor el balón que en la segunda, cuando, reconoció, se abusó del bote. «Teníamos claro que venir a Lleida no iba a ser fácil. Es uno de los equipos que más me ha divertido durante toda la temporada», zanjó.

Sobre el arbitraje también tuvo una opinión relacionada precisamente con los contactos. «No es fácil pitar a jugadores tan físicos. Esa línea de dónde quieren poner el límite es la que uno protesta. Ellos hacen su trabajo», dijo.

EL FACTOR PÚBLICO

En el Força Lleida se espera montar el mismo clima que el viernes, cuando se alcanzó la mejor entrada de la temporada y un público en ocasiones calificado de frío también fue un factor. «Había un ambientazo. La afición nos ha ayudado muchísimo», destacó el técnico local, que definió el choque como «muy espeso, con muchas interrupciones. No terminábamos de romper el marcador. Jugamos en casa y sabíamos que teníamos que hacernos fuertes», añadió. Respecto lo que espera este domingo, también prevé un partido «superdifícil».

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