Baloncesto. LEB Oro

El Cáceres ya piensa en la 2022-2023 con rescatar hinchas como meta

La continuidad de Roberto Blanco se da por hecha salvo que reciba otra oferta muy potente

Ben Mbala intenta levantarse para lanzar a canasta ante la oposición de Badji, el viernes en el Barris Nord de Lleida.

Ben Mbala intenta levantarse para lanzar a canasta ante la oposición de Badji, el viernes en el Barris Nord de Lleida. / Pol Puertas

Javier Ortiz

Javier Ortiz

La última imagen de la temporada del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, la de los jugadores abrazándose en la pista del Barris Nord tras perder el quinto partido del playoff ante el Força Lleida (79-70), es quizás también la primera de la próxima campaña. Pese a la eliminación, el excelente sabor de boca que han dejado los últimos meses, con una dignísima participación en los playoffs de la LEB Oro tras seis años sin disputarlos, puede servir de reimpulso al proyecto verdinegro, que por momentos ha parecido languidecer.

Conseguir la complicidad de los hinchas y volver a enganchar a quienes acudieron una vez al baloncesto y que, por los motivos que sean, dejaron de hacerlo, es el gran objetivo. Solamente así se logrará crecer. Y en la recta final de la liga regular y en la propia eliminatoria ante Lleida se ha demostrado una vez más que el equipo multiplica su rendimiento cuando siente el aliento de los suyos.

Las bases a nivel deportivo están puestas, empezando por un entrenador en el que se confía plenamente mucho más allá de lo táctico. Con una naturalidad contagiosa y unos resultados difícilmente cuestionables, Roberto Blanco se ha convertido en la imagen del club. Su continuidad se da por hecha, si bien hay que ponerla todavía en papel. Solo una oferta de fuera muy potente en todos los aspectos le sacaría de un barco que siente como suyo. Hipotéticamente se pondrá a la construcción de la nueva plantilla en unas pocas semanas, aunque antes, en apenas 14 días, contraerá matrimonio con su pareja, Irene Andrada.

Roberto Blanco, el viernes durante el partido ante el Lleida.

Roberto Blanco, el viernes durante el partido ante el Lleida. / Pol Puertas

En Barris Nord tras la derrota intentó mostrar serenidad, valorar lo que había pasado y mirar de reojo a lo que está por venir. «Debemos sentirnos muy orgullosos. Hemos llegado a un quinto partido ante un gran equipo, en un pabellón espectacular, con un ambiente increíble de playoffs. Venir aquí y mostrar nuestras credenciales como lo hemos hecho es digno de alabar. Este equipo se merece cualquier elogio. No hay ningún pero al juego. Les he dicho a los jugadores que ha sido un placer entrenarles durante toda la temporada. Obviamente hemos cometido errores y hay cosas que me hubiese gustado cambiar, pero hay que sentirse orgullosos porque hemos generado una ilusión, algo muy bonito en Cáceres, que nos estaba costando. La auténtica victoria no son las 21 que hemos conseguido esta temporada, sino ver una afición volcada, ver mensajes de ánimo, gente pensándose en viajar 20 horas para vernos. Ya hemos ganado, aunque nos hubiese gustado estar en esa Final Four. Pero debemos estar muy felices de lo que hemos conseguido, saliendo de aquí con la cabeza alta», declaró.

En la sala de máquinas del club es muy probable que siga teniendo como interlocutor principal a Eduardo Pascual. El director general deportivo, sustituto de un Sergio Pérez con el que Blanco indudablemente tenía mucho menos feeling, también ha sido parte importante del éxito. Su trabajo es apreciado y en principio él también está abierto a continuar. Su ojo en el mercado ha tenido un nivel de puntería importante, aunque le queda como asignatura pendiente conseguir llevar a más aficionados al Multiusos, ya que también posee atribuciones en el aspecto social. Tiene muchas ideas para hacerlo, pero se necesita un mayor esfuerzo a nivel institucional, más movimiento. La primera idea es aprovechar lo sucedido ante el Lleida, una ola tan sumamente positiva, para sacar enseguida a la venta los abonos.

Mantener el bloque

No hay que ser Albert Einstein para concluir que Blanco y Pascual querrán quedarse con la mayor parte de una plantilla que ha terminado funcionando a la perfección, sobre todo el bloque nacional. Eso sí: tendrán que contar con el problema de que algunos jugadores se han revalorizado, como parece el signo de este club en los últimos años, y será difícil igualar ofertas más potentes.

Es pronto para hablar de nombres concretos, pero gustan mucho perfiles como los de Carlos Toledo y Jaume Lobo: asequibles económicamente, jóvenes y con capacidad para desarrollo. Conociendo a Pascual, también cuadra que busque una cesión desde la Liga Endesa como la de Mateo Díaz, que podría prolongarse un año más si al Breogán le parece buena idea.

También estará pronto sobre la mesa si continúa el ayudante del entrenador, Iago Castro, y si sigue dirigiendo al mismo tiempo al filial, el Torta del Casar, cuya participación en Liga EBA ha cumplido con el mínimo de la permanencia y darle cancha a los jóvenes. Es otro de los llegados el pasado verano que se ha mostrado muy a gusto en Cáceres.

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