La Vuelta Ciclista a España en su edición del 2022 volverá a tener protagonismo para Extremadura, con dos finales en alto, en Tentudía y Piornal, que pueden ser importantes en la resolución de la carrera, ya que se han programado en su recta final . Son además dos llegadas inéditas.

En concreto, la decimoséptima etapa, el 7 de septiembre se iniciará en la localidad onubense de Aracena, terminado en el monasterio de Tentudía, en la localidad de Calera de León. Es calificado por la propia organización como un «recorrido rompepiernas» que termina en una subida no excesivamente dura, pero en el que nadie se deberá confiar después de 160 kilómetros con el desgaste acumulado de casi tres semanas de competición.

 El día siguiente, la ronda se trasladará a la provincia de Cáceres, partiendo desde Trujillo con destino al Alto de Piornal, que se subirá por tres vertientes diferentes, desde La Desesperá, Monesterio de Yuste y Hervás. Son 17 kilómetros de cuesta con rampas que alcanzan el 14 por ciento. Sí se espera una batalla que puede que sea decisiva, con 191 kilómetros por las carreteras del norte de la comunidad autónoma.

 «Me sigue sorprendiendo la capacidad de España para aportar cada año finales en alto diferentes, en 2022 habrá cinco. Esta 77 edición de la Vuelta vuelve a dar ejemplo de la variedad que hay en nuestro país en cuanto a recorrido ciclistas. Esta Vuelta cumple con su personalidad, tiene de todo, hay rampas finales, muchos puertos, pero no todos exigentes, sino que son variados. Habrá espectáculo hasta el final y alicientes a diario», señala el director de la Vuelta, Javier Guillén. «Habrá pocas opciones para relajarse», añade, «en una Vuelta que cumple con su narrativa, ya que hay muchos hitos históricos».

Guillén ya había prometido que la carrera regresaría a Extremadura después de que la organización terminase muy satisfecha hace algunos meses, cuando tres etapas la cruzaron de sur a norte. Brilló sobre todo el momento de la hasta entonces inédita subida al Pico Villuercas.

Espera que la participación sea la mejor posible, y si es factible que el esloveno Primoz Roglic trate de aumentar los tres títulos que ya posee. «Siempre aspiramos a tener a los mejores corredores. Todos se fijan en la Vuelta porque tenerla en el palmarés es importante», concluye. 

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. E. P.

RECORRIDO LOCO / La Vuelta, presentada este jueves en Madrid, se parece un poco al Tour y al Giro, pero a la vez difiere de las otras dos rondas de tres semanas que ya hace días vieron la luz. Poca contrarreloj, un recorrido muy loco, salida desde el extranjero, montañas para bendecir pero, a diferencia de las carreras italiana y francesa, a la prueba española le falta definir una etapa reina, diferente, rompedora, de la que esté todo el mundo pendiente y reservada para los últimos días de competición.

En el Giro encontramos al Mortirolo y en el Tour a Hautacam. Quizá la Vuelta, con montañas en el norte, en el sur y en el centro de España, rodará en 2022 huérfana de esa jornada estelar porque ha querido la organización reunir un trazado muy homogéneo como si se tratase de la consigna de todos para uno (o una) y uno para todos.

Solo habrá 31 kilómetros de contrarreloj individual; pero eso sí, nada menos que nueve finales en alto; en Cantabria (el inédito Pico Jano), en Asturias (el novedoso Colláu Fancuaya y Les Prades), en Andalucía (los conocidos Peñas Blancas, Sierra de la Pandera y Sierra Nevada, la cima más difícil, aunque sin corona real), en Extremadura y la clásica cita madrileña con Navacerrada para cerrar la prueba, un festín ciclista del 19 de agosto al 11 de septiembre.

Será una Vuelta Pirineos y que al igual que el Giro (Budapest) y el Tour (Copenhague) partirá desde el extranjero. Lo hará en Utrecht para recorrer luego otras dos etapas en los Países Bajos antes de la primera de las tres jornadas de descanso y tras un vuelo continental presentarse en Vitoria.

Se visitarán las comunidades vasca, cántabra, asturiana, las dos Castillas, tierras valencianas, murcianas, madrileñas y por primera vez desde la creación de la Vuelta se pasará por las ocho provincias andaluzas. Y se hará todo este recorrido sin que los corredores, a excepción del estreno holandés, tengan apenas territorio llano porque siempre se intenta que un puerto, aunque no sea muy duro, sirva para romper al pelotón, para crear complicaciones y para que pocos días resulten aburridos y una llamada a la siesta.

Faltan ocho meses para que comienza la carrera, marcada siempre por lo que suceda en el Tour. Los que se caen, afortunadamente sin graves lesiones, y los que suspenden en la ruta francesa se apuntan a la Vuelta, más los que corrieron el Giro y descansaron en julio. Lo único que sí está claro es que será la última gran oportunidad de ver en acción a Alejandro Valverde en la carrera de su retirada. H