Mejorar. Siempre que se le ha preguntado a Paula Josemaría (Moraleja, 31 de octubre de 1996) a principios de una temporada cuál era su objetivo ha dicho que «pelear cada partido y mejorar». Pero, más que en resultados (que también), en su juego. Nunca ha hablado directamente de llegar al número uno del ranking mundial. Al menos públicamente, porque su aspiración, como la de cualquier deportista de élite, es llegar a la cima.
La extremeña ya lo ha conseguido. Ya está en lo más alto del ranking mundial del World Padel (WPT) junto a Ariana Sánchez (Reus, 19 de julio de 1997), que en el año pasado, tras el primer torneo que jugó, y ganó, con la moralejana, se convirtió en la número uno más joven de la historia. Desbancan a Alejandra Salazar y Gemma Triay, que también les ‘ceden’ el trono de la Race 2022.
El camino hasta la cima de Paulita ‘Dinamita’ ha sido una carrera de fondo. De empezar desde abajo hasta llegar a lo más alto. Desde el tenis, en el que se inició con cuatro años, hasta el pádel. Un trayecto de continua evolución, vital en un pádel donde el nivel de las jugadoras es cada vez más alto.
Trayectoria
Paula, que hoy tiene en sus vitrinas 15 torneos World Padel Tour, empezó a jugar algunas fases previas con el inicio del circuito (2013). En el 2016 ya disputó ocho pruebas, alcanzando los octavos de final en el Sevilla Open junto a Gabriela Bartomioli. Ese año también compartió dupla con Inés Muñoz y Esther Lasheras.
En el 2017 fueron once los torneos WPT que disputó. Llegó en tres ocasiones a octavos de final, una de ellas partiendo desde la previa. Ese año jugó junto a Inés Muñoz, Tamara Icardo (hoy en el puesto 17 del ranking), Elena Ramírez y Ana Fernández.
En el 2018, ya instalada en Valladolid (donde reside desde entonces), disputó 14 torneos, todos con Valeria Pavón. Solo se perdió una cita. Su techo seguían siendo los octavos de final, ronda de alcanzó en cinco citas.
En el 2018, ya instalada en Valladolid (donde reside desde entonces), disputó 14 torneos, todos con Valeria Pavón. Solo se perdió una cita. Su techo seguían siendo los octavos de final, ronda de alcanzó en cinco citas.
La explosión definitiva de Paula Josemaría se produjo en el 2019, año en el que acabó siendo designada por el WPT jugadora revelación de la temporada. Empezó el curso siendo la 43 del ranking mundial. Lo cerró en sexta posición. La culpa, un título, el primero de su carrera (el Madrid Master), dos finales (Suecia y Mijas), cuatro semifinales, tres cuartos de final, tres octavos y dos dieciseisavos. No se perdió ya ningún torneo. Jugaba con la portuguesa Ana Catarina Nogueira.
Cerrada la temporada 2019 recibió la llamada de la que entonces era número uno, la canaria Marta Marrero. El 2020 prometía y más después de ganar el primer torneo de la temporada, el Marbella Master. Después, el covid lo paró todo y cuando se reanudó la competición, la dupla Josemaría-Marrero no acababa de funcionar. Jugaron juntas dos finales más, pero en la recta final de la temporada separaron sus caminos. La extremeña disputó los últimos torneos junto a Beatriz González, con la que alcanzó otra final.
La simbiosis perfecta
En el 2021 unió su destino al de Ariana Sánchez, que había ganado su primer título WPT con 19 años. Juntas han jugado en las dos últimas temporadas 110 partidos en el circuito y han ganado 91, casi un 83% de éxito. Es la simbiosis perfecta. «Tenemos una forma de jugar que combina muy bien la una con la otra», decía la extremeña al final de ese 2021 tras seis títulos (incluido el Master Final).
Este año ya atesoran siete con seis citas aún por delante, una de ellas el Ámsterdam Open, ya en marcha. Paula y Ari están en la cresta de la ola. Han ganado sus 17 últimos partidos cediendo solo dos sets. Eso le han dado cuatro de sus títulos y las ha llevado hasta la cúspide del pádel femenino.
Jugadora más completa
La mejora, como ella pedía, no ha sido solo en victorias y títulos. Ahora es una jugadora mucho más completa que cuando empezó, cuando destacaba por su explosividad --de ahí su apodo, Dinamita-- pero cometía muchos errores no forzados. Ha mejorado su porcentaje de acierto y, sobre todo, en la parcela defensiva, imprescindible para una jugadora de drive, que en su caso, además, aporta mucho más por ser zurda.
«¿Techo? No sé dónde está el techo de esta pareja, esperemos que no llegue nunca», decía una emocionada Josemaría el domingo tras ganar en Madrid.
