Baloncesto. LEB Oro

Un Cáceres en involución

Los verdinegros han dado un paso atrás volviendo a ser vulnerables en defensa

«Hemos sido auténticamente desastrosos a partir del minuto 33», reconocía el preparador

El domingo podría descender matemáticamente

Arturo Álvarez da instrucciones a los jugadores del Cáceres Patrimonio durante un tiempo muerto del partido ante el Fuenlabrada.

Arturo Álvarez da instrucciones a los jugadores del Cáceres Patrimonio durante un tiempo muerto del partido ante el Fuenlabrada. / Jorge Valiente

«Hemos parecido, por momentos, un equipo de colegio». Arturo Álvarez, entrenador del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, no se cortó lo más mínimo al hablar de los suyos tras la derrota contra el Baloncesto Fuenlabrada (71-97), un resultado que acerca más al conjunto verdinegro al descenso. El matemático, porque el virtual está más que asumido desde hace varias semanas. Una derrota el domingo en Oviedo (12.00 horas), unida a una victoria del Melilla ante el Grupo Ureta Tizona Burgos (17.00), llevaría a los cacereños directos a las LEB Plata. El ‘consuelo’, que el equipo de la ciudad autónoma es el que peor racha tiene en este momento con siete derrotas seguidas y los burgaleses no pierden en su cancha desde finales de enero.

Un consuelo menor, eso sí, porque solo servirá para alargar la agonía de un equipo en involución que el miércoles dio un paso atrás, volviendo a una mala versión que parecía olvidada. El Cáceres se desdibujó tras el paso por vestuarios, a donde había llegado con un ajustado 40-42. «Creo que desde mi llegada ha sido el peor segundo tiempo de todos los partidos que hemos jugado hasta ahora», señaló Álvarez, poniendo el foco sobre sí mismo como uno de los principales culpables de lo sucedido. «Creo que no he conseguido motivar o no sé cómo llamarlo, [no he conseguido] que esa alegría saltará al campo en la segunda parte. Encajar 55 puntos es algo inexplicable porque el equipo estaba trabajando en una línea muy buena en defensa».

En los últimos partidos en casa el Cáceres había conseguido rebajar los puntos en contra. El Cantabria, el 8 de marzo, anotó 73 (71 los verdinegros); el Menorca, el 17, solo 56 (63) y el Tizona Burgos, el Domingo de Resurrección, 66 (64). Esa mejoría defensiva se fue de un plumazo en la segunda parte ante el Fuenlabrada. «Me siento un poco decepcionado con mi propio trabajo por no conseguir que en la segunda mitad el equipo jugase como estaba jugando en el último mes, es para reflexionar», apuntaba el preparador asturiano, dolido por la pobre imagen en labores defensivas. «Si fallamos en ataque me da igual, pero en defensa hemos sido auténticamente desastrosos a partir del minuto 33».

Al Cáceres le toca ahora hacer borrón y cuenta nueva y preparar el partido del domingo ante el Alimerka Oviedo donde, la principal motivación, señala Álvarez, debe ser romper el maleficio que tiene a los verdinegros sin ganar a domicilio desde hace más de un año. «Nos quedan dos partidos en casa en los que tenemos que dar la talla y tres partidos fuera con un reto importante, que es ganar lejos del Multiusos». Por el pabellón cacereño deben pasar Ourense (19 de abril) y Lleida (3 de mayo). Este será el último partido de LEB Oro que pueda ver la afición cacereña en mucho tiempo. Y a domicilio los extremeños jugarán contra Estudiantes (28 de abril) y Betis (10 de mayo), además de Oviedo.

Pendientes de las lesiones

A los problemas que ya tiene el Cáceres podrían sumarse ahora nuevos lesionados. Pablo Sánchez y Juanjo Santana están fuera de juego desde hace tiempo y los focos ahora están sobre Dani Rodríguez y Hansel Atencia. El primero se dio un fuerte golpe en la cadera durante el primer cuarto. Intentó continuar, pero no pudo. El segundo «puede tener una fractura de costillas», desveló Álvarez al final del partido. «Eso sería más importante». Serán las pruebas médicas las que desvelen ahora qué es lo que le sucede al mexicano. Es un duro contratiempo para el Cáceres, que podría quedarse con un único base, Pablo Rodrigo.

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