EADS gana a Boeing un valioso contrato con el Pentágono

Louis Gallois está exultante, y no es para menos. La empresa que dirige --la Compañía Aeronáutica Europea de Defensa y Espacio, EADS-- ganó el viernes uno de los contratos más lucrativos del Pentágono y recibirá 26.300 millones de euros a cambio de construir 179 nuevos aviones cisterna para las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos basados en el Airbus A330. Esa victoria supone no solo que una empresa europea entra en el mercado de la industria de defensa más poderosa del mundo, sino un golpe brutal e inesperado a la estadounidense Boeing, segundo contratista del Departamento de Defensa tras Lockheed Martin.

En un concurso que ha sido largo y tortuoso y ha estado marcado por tensiones y escándalos, EADS, fabricante de Airbus, ganó con una propuesta en la que incluye un socio estadounidense, Northrop Grumman, y que supone que los aviones se montarán en una planta en Alabama. Sin embargo, el grueso del beneficio y de creación de puestos de trabajo caerá en Europa, lo que impulsó una ola de excitación entre líderes políticos como Nicolas Sarkozy. Desde la oficina del presidente francés se emitió un comunicado destacando la noticia como un "éxito histórico" y señal de "un importante avance en el fortalecimiento de las relaciones entre EEUU y Europa".

SORPRESA Y RABIA EN EEUU El entusiasmo que dejaban sentir también políticos alemanes y británicos --dos de los países que se beneficiarán del contrato-- contrastaba con la rabia que palpitaba en Chicago, sede de Boeing, y en Washington. Y es que nadie esperaba el varapalo a Boeing. Tan por sentado daba todo el mundo el viernes en EEUU que la compañía ganaría, que muchos analistas de Wall Street ya contaban con la victoria del gigante estadounidense en sus previsiones económicas para la compañía. Incluso un senador de Tejas emitió anticipadamente un comunicado de prensa alabando a Boeing por su victoria, que tuvo que retirar cuando se conoció que el ganador del concurso era EADS.

El triunfo va más allá del contrato concedido. Y es que la construcción y entrega de esos 179 aviones cisterna a cambio de 26.300 millones de euros representa solo la primera fase de un programa de varias décadas con el que las Fuerzas Aéreas de EEUU quieren reemplazar su ajada flota, un proyecto que ha sido prioritario para el Pentágono desde 1996. Actualmente esta consta de 535 aviones --adaptados de los Boeing 707 y los DC-10-- y es una de las mayores del mundo, pero también de las más antiguas, ya que datan de los tiempos de Dwight Eisenhower y John F. Kennedy.

De momento, EADS entregará unos 15 aviones cisterna al año hasta completar los 179 y se calcula que el primero de ellos entrará en servicio en el 2013. Pero la renovación de la flota implicaría la construcción de casi 400 aviones más, lo que podría hacer que el coste del programa alcanzara en las tres próximas décadas los 66.000 millones de euros.

Boeing esperará a mantener el 12 de marzo una reunión con la Fuerzas Aéreas en las que se les explicarán las razones de la decisión para estudiar si apelar o no. Los militares esperan que no lo hagan, pues los recursos retrasarían aún más la ya demorada renovación de la flota.

ESCANDALOS El proceso comenzó en el 2001, cuando las Fuerzas Aéreas propusieron alquilar nuevos aviones cisterna a Boeing por algo más de 13.000 millones de euros. Ese plan provocó una tormenta política, en la que uno de los principales críticos fue el senador John McCain. Los escándalos empezaron a plagar el proceso y dos personas acabaron en la cárcel: Darleen Druyun, una trabajadora de las Fuerzas Aéreas que admitió haber favorecido a Boeing a cambio de un puesto de trabajo para ella, su hija y su yerno, y el consejero financiero de la compañía, Michael Sears. El caso obligó a Boeing a pagar una multa de 405 millones de euros