No hubo necesidad de rellenar asientos con ujieres y colegiales, como sucedió con la intervención de José María Aznar en el Congreso de EEUU. José Luis Rodríguez Zapatero consiguió ayer un lleno casi total en la primera intervención de un presidente español ante la Asamblea Nacional francesa.

El presidente, que fue introducido por Jean-Pierre Raffarin, pronunció en francés el primer párrafo de su discurso, en el que repasó algunos hitos de la Asamblea Nacional desde su proclamación en 1789. A partir de ahí, ya en español, hilvanó una intervención europeísta y francófila, en la que proclamó a la Unión Europea como "la gran esperanza de la paz", y exaltó a Francia como el "laboratorio de pensamiento" de donde han brotado los valores de la democracia, la libertad y la justicia social.

Tras agradecer a los franceses la colaboración con España en la lucha contra el terrorismo y destacar el excelente momento de las relaciones bilaterales, Zapatero ofreció un "compromiso de fraternidad" entre "dos grandes naciones, dos grandes pueblos, dos ciudadanías vivas".

"GESTION EFICAZ" Consciente de estar ante el poder legislativo de un país que se opuso con vehemencia a la invasión de Irak, el presidente expresó su "orgullo" de representar ante la Asamblea Nacional a España, un pueblo "no sólo contrario a la guerra, sino movilizado por la paz".

Expuso las líneas maestras de su proyecto político, que dijo fundamentar en dos pilares: el "ideal de la ciudadanía" y un "diálogo capaz de aceptar su propia provisionalidad, que esté dispuesto a revisarse y corregirse".

Desgranó algunas de las iniciativas de su Gobierno en el terreno social, como la ley de violencia de género o el matrimonio entre homosexuales. Y al referirse a la necesidad de fortalecer más la ciudadanía, consideró también importante una "gestión rigurosa y eficaz de los asuntos públicos". Palabras que parecían aludir a la polémica desatada en Cataluña por el derrumbamiento del Carmel y las acusaciones de cobro de comisiones en obras públicas.

Antes de reunirse con Raffarin, Zapatero fue abordado por los periodistas, que le preguntaron por la crisis política catalana. "Las aguas volverán a su cauce", aseguró el presidente.

En su discurso, de unos 20 minutos, el presidente no mencionó las relaciones transatlánticas. Sólo hizo referencia a Estados Unidos en el turno de preguntas --cada uno de los cuatros grupos parlamentarios formuló una-- al afirmar que prefiere el modelo social europeo al estadounidense. Incluso se jactó de que su primera medida de Gobierno fue retirar las tropas de Irak, decisión elogiada ayer por todos los portavoces.

DIVISA En ese templo legislativo de un Estado que tiene a gala su fuerte centralismo político, el jefe del Ejecutivo elogió la diversidad de España. "La España del castellano es grande, pero lo es más sumada a la España del catalán, la del gallego y la del euskera", dijo Zapatero.

Argumentó que el modelo territorial que propugna su Gobierno es coherente con la divisa de la UE: Unidad en la diversidad . "La España democrática, la España constitucional es inseparable del valor de la diversidad y del respeto a su ejercicio cotidiano por todos", afirmó.

TRATADO DE LA UE Al acabar su intervención, Zapatero se reunió con Raffarin. En un comunicado conjunto, hicieron un llamamiento a todos los europeos, y en especial a los franceses, a votar al Tratado de la UE. Además, acordaron celebrar en Barcelona la primera cumbre transfronteriza hispanofrancesa, a la que acudirán ambos, así como los presidentes de las autonomías españolas y de las regiones vecinas francesas.