El presidente del PP, Mariano Rajoy, rechaza que el próximo candidato del partido a la Moncloa se escoja a través de unas elecciones primarias entre la militancia. La propuesta, que un concejal madrileño quiere presentar como enmienda en el congreso del PP, fue ayer abonada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que anunció que la estudiará "con mucho cariño".

Rajoy participó ayer en la lectura colectiva de El Quijote que, con motivo del Día del Libro, tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Cuando terminó su particular homenaje al personaje cervantino, los periodistas le demandaron una valoración sobre dicha propuesta. El recordó que el PP ha sido "siempre" una organización unida y añadió que trabajará para lograr la integración de todos. No obstante, su entorno se encargó de puntualizar que Rajoy descarta la idea de las primarias.

NO HAY PACTO DE SILENCIO Aguirre, que recibió una llamada de Rajoy, el lunes, en la que se le aclaró que nadie quería que se fuera del partido, no quiso echar más leña al fuego. Al menos, de momento. Eso sí, negó cualquier pacto de silencio con el actual presidente del partido.

El secretario general en el PP de Madrid, Francisco Granados, aclaró que la dirección madrileña no descarta respaldar ese sistema de elección de candidatos. Incluso puso sobre la mesa otras posibilidades para favorecer mayor participación de los afiliados, como "reducir" los avales necesarios para poder optar a la dirección del PP.

Pero los afines a Rajoy hacen otra lectura: que Aguirre está maniobrando para cambiar las reglas. Las mismas que hace poco le permitieron a ella hacerse con la presidencia del PP de Madrid frente a Manuel Cobo, apoyado por Alberto Ruiz-Gallardón.

Esas mismas fuentes interpretan que la presidenta madrileña podría estar "virando el rumbo" para descartar presentar su candidatura en este congreso pero, al tiempo, garantizarse "otra puerta". Su "última oportunidad" de ser la candidata del partido en las siguientes generales, especialmente si José Luis Rodríguez Zapatero las adelanta --tocan en marzo del 2012-- o si el equipo de Rajoy quiere retrasar el próximo congreso, que, según los actuales estatutos, se debería celebrar en el 2011.

De hecho, buena parte de los colaboradores de Rajoy apuestan por hacer los máximos esfuerzos para salir triunfantes del cónclave de Valencia. Y, a partir de ahí, "gastar energías en ganar elecciones y en ningún caso en dar pie a luchas internas". Con ese argumento, se declaran firmes opositores a unas posibles primarias y partidarios de celebrar el siguiente congreso del partido pasadas las próximas elecciones.

En cualquier caso, buena parte de los integrantes del círculo de Rajoy aboga por circunscribir este tipo de debates a los órganos pertinentes del partido, a fin de no dar "más munición a los socialistas", dicen, que están empezando a gobernar "sin que nadie les controle".

Mientras tanto, el aparato del partido se ha puesto a trabajar al servicio del actual presidente y candidato a la reelección, y ya recoge avales para su candidatura. Rajoy hace lo propio: hoy se reunirá en Toledo con compromisarios y apoderados de la región para pedirles apoyo en el próximo congreso. Seguirá mañana en Cáceres, y el sábado, en Las Palmas de Gran Canaria. Su objetivo es ganar tiempo y terreno a un posible adversario para dirigir el partido, ya sea Aguirre o un tercero.