Erre que erre. José Abascal, el abogado de Basel Ghalyun, intentó ayer resucitar la desacreditada teoría de la conspiración en la vista que celebra el Tribunal Supremo de revisión de la sentencia del 11-M. Su intentona fue abortada por el presidente del tribunal, Juan Saavedra, quien exigió al letrado que recondujera sus alegatos, ya que su cliente había sido condenado por pertenencia a organización terrorista y no como autor material de la matanza.

Este abogado defendió la tesis de los vínculos de ETA con los autores de la masacre durante la vista oral. En el juicio, además de hacerlo con Ghalyun defendió a Jamal Zugam --condenado a más de 44.000 años de cárcel como autor material-- pero, tras la vista, Zugam le despidió y contrató a otro letrado que ha recurrido su condena con argumentos convincentes. Por contra, Abascal intentó insistir en las dudas sobre la autoría al presentar como un temporizador de ETA lo que resultó ser un pieza de una lavadora. Ayer, criticó la prueba pericial de los explosivos para apoyar su tesis.

A su juicio, la prueba "comenzó mal" porque se determinó que el explosivo empleado en la matanza era goma-2 Eco robado en una mina asturiana. "Este hecho conllevó que la investigación se dirigiera contra el terrorismo islamista". El presidente del tribunal cortó el alegato al explicar al letrado que Ghalyun había sido condenado por pertenencia y no como autor material de los hechos. El aviso cayó en saco roto y el letrado siguió con sus tesis: "La investigación de los explosivos es la clave de bóveda para entender la estructura criminal de estos atentados".

AVISO La insistencia del letrado en cuestionar la autoría islamista con argumentos tan peregrinos como la sumisión o no de su cliente a Serhane ben Adbdelmajid, el Tunecino , uno de los siete suicidas de Leganés, obligó al presidente del tribunal a recordarle que estaba sobrepasando su tiempo de exposición. Antes habían intervenido nueve defensores que reclamaron la absolución de su clientes.