Hoy tenemos una mujer al frente del Ministerio Defensa y otra como abanderada de su promoción de oficiales del Ejército del Aire, unas Fuerzas Armadas profesionales y los generales que se meten en camisas de once varas son cesados. Algo nunca visto en nuestra historia contemporánea, caracterizada por el protagonismo de los militares en la vida política española, tanto o más que la Iglesia católica: en los últimos 200 años, España ha vivido multitud de pronunciamientos militares y de golpes de Estado, cuatro guerras civiles y las dictaduras militares han ocupado la mitad del siglo XX.

La guerra de la independencia transformó la composición social del Ejército. Al igual que los decembristas rusos, muchos de los oficiales capturados por las tropas napoleónicas abrazaron la nueva fe liberal. La mayoría de insurrecciones militares hasta el sexenio democrático (1868-1874) fueron de signo liberal y progresista. Luego vinieron los espadones al servicio de la restauración de la Monarquía, de los privilegios de la oligarquía y del orden público amenazado por el movimiento obrero y campesino. El Ejército fue la columna vertebral del franquismo y su albacea tras la muerte del Generalísimo, tutelando la transición. Hasta que el fervor de los salvapatrias se extinguió con una rapidez inusitada, ante las atractivas prejubilaciones de Narcís Serra.

*Catedrático de Historia.