En su primera visita a la Casa Blanca, el próximo martes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llevará la lista de presos de Guantánamo que España acogerá para ayudar a clausurar el penal, uno de los hitos que Barack Obama se marcó al inicio de su mandato. Según comunicaron ayer fuentes de la Moncloa, el jefe del Ejecutivo facilitará al presidente de EEUU los nombres de los afectados, que "no serán más de tres". Esas fuentes no quisieron decir de qué nacionalidad son ni dónde residirán en el territorio español. El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha declarado varias veces que el Gobierno estaba estudiando "sistemas de vigilancia y observación" para garantizar la seguridad de las comunidades circundantes.

En todo caso, EEUU no tiene acusaciones formales contra esos reclusos y, por eso, ha descartado juzgarlos y los ha incluido en la cincuentena que pueden ser transferidos a terceros estados. Los reos quedarán en libertad, pero no pueden volver a sus países de origen por temor a que sean detenidos y sufran represalias. En el penal quedan, según organizaciones humanitarias, unos 240 detenidos.

El ofrecimiento de Zapatero a Obama incluye a España entre la docena de países europeos que han manifestado su voluntad de acoger presos. Italia ha aceptado recibir a tres; Portugal, a dos; Francia, a uno, y Bélgica, a otro. Otros estados, como la República Checa y Austria, han rechazado hacerlo. "Si no son peligrosos, ¿por qué no se quedan en EEUU?", preguntó María Fekter, ministra austriaca de Interior.

EEUU pidió en junio a España que se hiciera cargo de algunos reclusos y, durante estos meses, Interior ha analizado varios currículos, de los que rechazó al menos cuatro. Según fuentes de Exteriores, el Gobierno es reacio a acoger reos de países con los que España mantiene una relación diplomática estrecha. Fuentes de la Moncloa explicaron ayer que la evaluación de los perfiles ha sido "muy rigurosa" y que "no ha habido currículos rechazados". "Ha habido selección", añadieron .

ENMENDAR UN ERROR" El Gobierno considera que con esta decisión "arrima el hombro para enmendar un error del pasado". Esto es, durante la Administración de George Bush. La buena voluntad de los países europeos choca con las dificultades que el líder estadounidense está teniendo en su país, donde tanto el Senado como la Cámara de Representantes están obstaculizando el traslado de algunos detenidos a suelo estadounidense.