Algunos llevaban días advirtiendo del error que supone intentar matar al mensajero y ayer se lo dijeron directamente a Mariano Rajoy en la parte de la reunión que fue a puerta cerrada: el origen del problema es Bárcenas y hay que querellarse contra él.

Luisa Fernanda Rudi (presidenta de Aragón), Alberto Núñez Feijóo (presidente de Galicia), Juan Vicente Herrera (presidente de Castilla y León) y Esperanza Aguirre (presidenta del PP de Madrid) pidieron a su jefe de filas que el partido inicie acciones judiciales contra el extesorero. Ninguno de ellos, según fuentes oficiales, mencionó el nombre de Luis Bárcenas y se refirieron a él como "el extesorero", el que "se ríe" del PP o "el que vierte acusaciones falsas".

Rajoy les escuchó atentamente pero no se atrevió a dar una respuesta afirmativa. El mejor que nadie puede saber hasta qué punto Bárcenas es peligroso para el partido. Si hoy se echa la vista atrás, el apoyo que él mismo le dio cuando el extesorero fue imputado en el caso Gürtel, en 2009, está bajo sospecha. ¿A qué se debió? ¿A una buena relación personal o a otra cosa? Aquel supuesto respaldo que algunos dirigentes mostraron hacia Bárcenas durante meses está puesto en entredicho, después de los apuntes contables publicados y que hipotéticamente pertenecen al extesorero.

La secretaria general, Dolores de Cospedal, sí que comentó la petición de los barones y advirtió de que "las querellas hay que prepararlas debidamente". La decisión no es fácil y el PP no lo tiene claro aún, cuando se sabe que quedan papeles por ver la luz.

En el comité ejecutivo nacional con más expectación de los últimos cuatro años, una quincena de miembros pidieron la palabra para mostrar, en general, según fuentes oficiales del PP, su apoyo al discurso de Rajoy y aplaudir su iniciativa de presentar las declaraciones de la renta y de patrimonio en la web de la Moncloa.

El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, intervino para sugerir que todos los presidentes autonómicos deberían también presentar sus declaraciones. Su idea fue bien acogida en general aunque al menos uno de los barones, informó un portavoz oficial del partido, advirtió del peligro que suponía dar a conocer unas rentas que pueden considerarse abultadas en un momento de grave crisis económica. Cospedal tomó nota y afirmó que está dispuesta a abordar la propuesta con las direcciones autonómicas.