Los socialistas llevan más de un año señalando que la consulta catalana es ilegal y que el Gobierno debe moverse e impulsar una reforma de la Constitución. Según las circunstancias del momento, hacen más énfasis en una u otra idea. Ayer, cuando Mariano Rajoy anunció sus recursos contra la ley catalana de consultas y la convocatoria del 9 de noviembre, su líder, Pedro Sánchez, insistió sobre todo en la "extrema gravedad" del paso dado por el presidente Artur Mas, a quien considera el "responsable exclusivo" de la situación.

El secretario general leyó una declaración. "Condeno esta quiebra de la legalidad, lamento esta conducta que daña a la democracia y manifiesto mi apoyo al recurso que ha formulado el Gobierno en defensa de la legalidad y del ejercicio de la soberanía nacional por parte de todos los españoles", dijo.

Sánchez, según explican en su entorno, se muestra "pesimista" ante el actual escenario. A comienzos de septiembre, cuando se reunió con Mas en el Palacio de la Generalitat, el jefe de la oposición se marchó con la idea de que el presidente catalán no llevaría su pulso hasta el final y no sacaría las urnas tras la suspensión de la consulta por el Tribunal Constitucional. Ahora no lo tiene tan claro. Por eso cree que hay que impulsar "cuanto antes" una reforma de la Constitución, que según la propuesta de su partido debería blindar las competencias autonómicas, reconocer los hechos diferenciales y convertir el Senado en una cámara auténticamente territorial.

Esta modificación de la Carta Magna debería ser después refrendada por todos los españoles, también los catalanes, quienes a juicio del líder socialista no tienen un "sentimiento independentista mayoritario". Al contrario que el PP y que UPD (cuya líder, Rosa Díez, reiteró ayer su apoyo "incondicional" ante los "desmanes de un gobernante despótico"), la propuesta socialista no se queda en la aplicación de la ley y el rechazo a la consulta.

Pero ahora mismo tiene pocos visos de salir adelante. Al menos, a corto plazo. Pese a que Rajoy se abrió ayer levemente, pero más que nunca, a explorar la vía de la reforma constitucional, el PSOE cree que el PP no está dispuesto a sumarse a este proyecto cuando faltan pocos meses para las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Aun así, los socialistas todavía esperan que tras el 9 de noviembre Rajoy asuma que este es el "único camino" para cerrar las heridas.

"Soy muy testarudo. Tenemos que resolver con política una crisis política", concluyó Sánchez, quien precisó que no solo apoya el recurso contra la convocatoria del 9-N, sino también contra la ley de consultas.