Una llamada de teléfono al 112 o un aviso de un puesto de vigilancia desencadenan una alerta en el Centro Operativo Regional del Plan Infoex. A partir de aquí se pone en marcha todo el engranaje de coordinación para confirmar la alerta y determinar la ubicación concreta de un posible incendio.

En este proceso de detección de la alerta juegan un papel fundamental los brigadistas que componen el retén porque ellos son los primeros en acudir al foco. "Siempre hacemos lo que nos ordena nuestro jefe y la gente se confunde ya que siempre hay un coordinador que nos dice donde tenemos que ir y actuar" explicó Miguel Angel Salcedo, miembro del retén de Hoyos.

Salcedo lleva 11 años luchando contra el fuego, ha estado en Las Villuercas, en Las Hurdes, en Gata y "ahora por fin en mi pueblo". La región está dividida en 11 zonas de peligro alto de incendios y en cada una de ellas dos técnicos especializados ejercen como jefes operativos de coordinación. Tras el aviso, se envía a un agente y a un primer medio. "Hasta que no haya confirmación directa no se activan más medios" aunque en un primer acercamiento y dependiendo de los datos que se dispongan se puede activar un vehículo pick-up, un camión o un helicóptero, explicó Alejandro García, uno de los cuatro mandos únicos del Infoex. La región cuenta además con las últimas tecnologías para precisar este tipo de incidencias y saber el punto exacto del fuego, la cartografía, los accesos de la zona, la información meteorológica y los posibles combustibles que podrían ser afectados.

Los miembros de la unidad de tierra tienen plena disponibilidad en la temporada alta de incendios, esto es para Ferrán Fuentes "lo más duro". Ahora disfruta de su trabajo en el helipuerto de Hoyos pero antes salía de su casa sin saber cuándo volvería. "Tienes niños pequeños y no hay vacaciones ni muchas otras cosas que espero que se vayan solucionando con el tiempo". Después de su paso por el retén de tierra, Ferrán está encantado, "en el helicóptero se va más a gusto que en coche; me inspira más confianza".

La temporada alta comenzó el día 2 y estará activa, en principio, hasta el 15 de octubre. Si no hay ningún aviso, un día normal en la base suele ser apacible y tranquilo. "Nos llevamos muy bien y hay muy buenos compañeros; hacemos deporte, charlamos, jugamos al ping-pong o vemos la televisión" confesó Rafael Martín. La profesión que han elegido estos hombres puede ser dura para muchas personas aunque para ellos es realmente apasionante. "Lo haces por vocación y somos privilegiados de conocer Extremadura a vista de pájaro", añadió Juan Antonio Domínguez. El verano es una época complicada para ellos, aunque durante el invierno no pierden el tiempo. "Hacemos cortafuegos y limpieza del monte; este año hemos trabajado en todo el puerto de Perales", explicó Angel Hidalgo, miembro del retén.