Vacaciones, en principio, voluntarias. Ese es el destino que podría esperar a algunos de los 300 trabajadores de las plantas de Carcesa en Extremadura, al menos en la de Mérida, ante la falta de producción existente por los problemas económicos que atraviesa el grupo Nueva Rumasa, su propietario. Los empleados conocerán hoy si la próxima semana hay materias primas suficientes para producir; si no es así, parece que parte de la plantilla tomará vacaciones, en ningún caso forzosas, insistió ayer Rosario Riñones, presidenta del comité de empresa de Carcesa en la capital extremeña. La situación es muy delicada ya que a este problema se añade el hecho de que aún no han cobrado la nómina de febrero. En este sentido, van a esperar al próximo lunes y si no se les da una solución a esos pagos "alguna medida tomaremos", señaló.

Lo cierto es que, ante el cariz que han tomado los acontecimientos, los trabajadores, con el apoyo de organizaciones agrarias y de los sindicatos, se concentrarán mañana al mediodía en la plaza de España de Mérida en protesta por la "situación crítica" que está atravesando la empresa. En ese acto, se denunciará además la gestión empresarial de Nueva Rumasa, que "ha descapitalizado la empresa, derivando fondos hacia otros destinos ajenos a Carcesa, hipotecando así su futuro", según UGT.

La protesta contará con la presencia de los secretarios generales de UGT y CCOO Extremadura, Francisco Capilla y Julián Carretero, respectivamente, así como la secretaria general de la Federación Agroalimentaria de UGT en Extremadura, Raquel López y el Secretario General de la Federación Agroalimentaria de CCOO en Extremadura, Antonio Santiago. También ha anunciado su presencia la organización agraria UPA-UCE, que recuerda que el holding de la familia Ruiz-Mateos debe casi dos millones de euros de la pasada campaña a cerca de 200 tomateros extremeños.